05/11/2025
La felicidad no nace del estímulo externo, ni es una alegría constante como muchas veces pensamos. La felicidad está más relacionada con la regulación del sistema nervioso que con la euforia, y proviene de un cerebro que se siente seguro.
Es la calma que llega cuando el cuerpo deja de estar en alerta y la mente deja de anticipar o resistirse.
🧠El cerebro está diseñado para ahorrar energía.
Por eso, automatiza conductas, pensamientos y decisiones, creando atajos neuronales que nos permiten funcionar sin detenernos a pensar cada paso.
Cuando vivimos solo desde la rutina y la inercia, dejamos de evaluar si nuestras acciones están alineadas con lo que realmente queremos o necesitamos.
🧘♀️La neurociencia muestra que la atención consciente activa circuitos distintos a los del hábito: nos permite observar, cuestionar y tomar decisiones coherentes con lo que queremos.
⏸️Hacer pequeñas pausas a lo largo del día, ayuda al cerebro a dar un espacio para recalibrar la dirección y saber hacia dónde queremos ir.
Pregúntate…
¿Esto me acerca a la vida que quiero o solo me mantiene ocupado?
Cada vez que haces una pausa y respiras con atención, tu cerebro sale del modo automático y activa la red neuronal que te permite responder en lugar de reaccionar.
🩵Permite que tu cerebro salga del modo supervivencia y active las redes que te devuelven la claridad.
Y recuerda: la felicidad no depende de la ausencia de problemas, sino de la capacidad del cerebro para sentirse seguro en medio de ellos.