30/11/2025
A veces respiramos solo lo justo para seguir… y muchas veces ni nos damos cuenta de que el aire se queda por la parte alta del pecho: las costillas superiores, la zona cerca de la clavícula, incluso el cuello ✨.
Nos pasa cuando vamos con prisa, cuando estamos tensos o cuando la mente va más rápido que el cuerpo.
En esos momentos, nos movemos casi en automático.
Pero esta zona también puede ser un espacio de apertura, de suavidad y de conciencia. Y ahí es donde podemos recordarnos que la respiración no es solo aire… es presencia 🌿
Cierra los ojos un momento y lleva el aire hacia arriba, pero de manera amplia.
Imagina que, al inhalar, la parte interna del pecho se expande hacia adelante, hacia los lados y hacia atrás. Como si el aire empujara suavemente las costillas altas, abriéndolas desde dentro. No se trata de forzar… sino de permitir 💛
Siente cómo la zona cerca de la clavícula se eleva un poquito, cómo el cuello se afloja y cómo la espalda alta también participa.
Cuando respiramos así, de forma tridimensional, el cuerpo no entra en alerta… al contrario: encontramos un lugar interno donde podemos aterrizar ✨
Y al exhalar, deja que todo vuelva a su sitio con suavidad. Como una ola que se retira sin prisa.
Al final, todos necesitamos estos pequeños gestos que nos devuelven al cuerpo. Nos recuerdan que incluso en las zonas donde solemos tensarnos… también existe espacio. También existe descanso 🌿