02/12/2025
LA IMPORTANCIA DE SABER PARAR
Ayer fue un recordatorio muy claro de algo que llevo tiempo aprendiendo: es esencial respetar los ritmos, los límites y los horarios del propio cuerpo.
Hay días que mis sesiones son intensas y ayer fue uno de esos días. Aun así, decidí trabajar a última hora de la tarde, aun cuando sé porque la experiencia ya me lo ha enseñado que no son horas adecuadas para canalizar. Igual que una discoteca abre por la noche y un colegio funciona por la mañana, cada actividad tiene un momento del día en el que su energía encaja mejor.
En mi caso, canalizar por la tarde-noche simplemente no es sostenible, porque mi capacidad baja, mi sensibilidad se sobrecarga y mi conexión se vuelve más densa.
Pero lo hice porque hay gente que no puede en otras horas y siempre acabo cediendo y olvidando lo que luego supone para mí. Y así fue, mi cuerpo habló.
Terminé en urgencias con mareos, náuseas y una migraña que parecía partirme la cabeza. Me pincharon y hoy he tenido que volver al médico. Y aunque obviamente escucho y respeto lo físico, también sé que detrás hay un mensaje profundo: saturación.
La mediumnidad y la canalización no es un trabajo mecánico. Implica conectar con historias, con emociones, con experiencias humanas de todo tipo. No todas las almas llegan desde el mismo lugar ni con la misma vibración. Cuando las muertes han sido repentinas, traumáticas o quedan asuntos por resolver, la energía que recibe una Medium puede sentirse más pesada, más intensa. Llevo más de 11 años haciendo sesiones, y se con certeza cuando mi cuerpo tiene su límite.
Por eso es tan importante comprender que este trabajo no solo se ejerce; también se sostiene. Y para sostenerlo, hay que saber parar, respirar, poner límites y respetar el momento del día en el que uno puede abrirse sin perderse.
Ayer me lo recordé a mí misma de la forma menos amable, pero necesaria.
Hoy lo comparto porque creo que es fundamental que se entienda: la mediumnidad también repercute en quien la ejerce. Y cuidar el canal es tan importante como cuidar a las personas que vienen a buscar guía, mensajes o alivio.
A veces parar no es debilidad. Es sabiduría.
Y yo hoy vuelvo a elegirla.
Judit