Mercedes Lage Psicología Clínica

Mercedes Lage Psicología Clínica Reflexiones de una psicóloga en Santiago

29/10/2025

Salir de uno mismo es el viaje más enriquecedor y sin embargo la mayoria pasamos por la vida sin emprenderlo jamás. Si te quedas en ti, no empatizas.
Si piensas como te sentirías tu si estuvieras en el lugar del otro, no empatizas.
Si no abres tu mente y la liberas de prejuicios, no empatizas.
Meterse dentro de otra persona tiene mucho que ver con el abandono de uno y de ser capaz de pensar e intuir como siente el otro, con su historia, sus condicionantes y sus vivencias. Solo así podrás sentir como se siente. Es el otro al que le está pasando tal cosa. Y el no eres tu ni es como tu.
Que pesada se hace la conversación de alguien que no conecta contigo, que solo habla de si misma, que de lo que tu le puedas decir no le importa nada. Personas que te drenan la energía hablándote sin parar de algo que no te interesa y ni siquiera notan tu desinterés. Que cansado hablar con personas siempre a la defensiva, que hablan para contraatacar porque todo les parece un ataque. Que imposible conocer al que se oculta detrás del ruido de lo anecdótico, derivando cualquier intento de profundizar. Que diferentes todos. Cada cual desde su infancia, sus recuerdos, todas las circunstancias que forjaron su carácter. Unos de unas ideas políticas o religiosas, otros de unos gustos o aficiones, no tienen nada en común contigo, tu no te pareces a ellos, y no tienes hijos, ni ideas tan sólidamente fundadas acerca de esto o lo otro, pero cuando empatizas con esa persona sabes todo eso, sientes sus recónditos secretos sin saberlos porque conectáis en un plano tan real y verdadero que solo puedo llamar, encuentro.

19/10/2025

LOS PELIGROS DE ESTAR PREGUNTANDO DE TODO -Y TODO EL RATO- A CHAT GPT

Vivimos en una época en la que cualquier duda —desde la más trivial hasta la más íntima— puede resolverse en segundos. Basta abrir una aplicación, escribir una pregunta y esperar la respuesta inmediata. ChatGPT y otras inteligencias artificiales se han convertido en una especie de oráculo moderno, siempre disponible, amable y aparentemente sabio.
Pero ¿qué sucede cuando empezamos a preguntar todo y todo el tiempo?



1. La ilusión de certeza: cuando el conocimiento sustituye a la reflexión

Uno de los primeros peligros es confundir información con comprensión. La inteligencia artificial puede ofrecer datos correctos, bien redactados e incluso empáticos, pero no puede vivir por nosotros ni comprender el matiz emocional o existencial de nuestras decisiones.
Al consultar constantemente a ChatGPT, algunas personas empiezan a perder la tolerancia a la incertidumbre, un rasgo humano esencial para aprender y crecer. La mente se acostumbra a recibir respuestas instantáneas y deja de practicar el pensamiento crítico, la pausa, el ensayo y error.

“Saber” no siempre es lo mismo que “entender”.



2. La externalización del criterio: cuando la brújula interior se apaga

Preguntar sin descanso puede llevar a una forma sutil de heteronomía mental, donde las decisiones cotidianas, los juicios y hasta las emociones empiezan a pasar por un filtro externo.
El riesgo no está en usar la herramienta, sino en delegar en ella el criterio propio.
Cuando pedimos a ChatGPT que nos diga qué pensar, qué elegir o incluso qué sentir, estamos renunciando a una parte esencial de la autonomía psicológica: la confianza en el propio juicio.



3. La saturación cognitiva: más respuestas, menos reposo

Otra consecuencia frecuente es la fatiga mental. Cada pregunta genera más información, más dudas, más ramificaciones. La búsqueda de respuestas se convierte en un laberinto que agota.
El cerebro, en lugar de encontrar alivio, se satura de alternativas y pierde capacidad para discriminar lo esencial.
La paradoja es clara: cuantas más respuestas buscamos, menos claridad tenemos.



4. La falsa compañía: conversación sin vínculo

ChatGPT puede simular empatía, pero no la siente. Su “escucha” es una construcción algorítmica. Si una persona recurre a la IA de forma constante como fuente de consuelo, puede aparecer una forma de soledad encubierta: hay diálogo, pero no encuentro humano.
El peligro es doble:
• Se reduce la búsqueda de conexión real con otros.
• Y se refuerza la idea de que basta con ser comprendido por una máquina para calmar el malestar.

A medio plazo, esta dinámica puede erosionar la capacidad de confiar, abrirse y esperar comprensión de los demás.



5. La pérdida del silencio

Preguntar continuamente también elimina algo fundamental para la mente: el silencio interior.
La reflexión, la creatividad y la autoconciencia surgen en los espacios vacíos, cuando no hay respuesta inmediata. Si cada duda se convierte en una consulta, el pensamiento se vuelve reactivo, sin tiempo para madurar.

No todo lo que inquieta necesita una respuesta.
A veces, lo que necesitamos es esperar.



6. Recuperar el equilibrio: usar la IA sin perderse en ella

La inteligencia artificial puede ser una aliada poderosa si se usa con conciencia. Algunas pautas prácticas:
• Limitar el tiempo de consulta: reservar momentos concretos del día, no usarla de forma compulsiva.
• Preguntar con propósito, no por ansiedad o aburrimiento.
• Contrastar las respuestas con la propia experiencia, criterio o fuentes humanas.
• Cultivar el silencio: permitir que algunas preguntas queden abiertas.
• Recordar que pensar lleva tiempo —y eso está bien.



Conclusión

ChatGPT puede ser una herramienta brillante, pero no una brújula moral, ni un terapeuta, ni una conciencia. Preguntar de todo y todo el rato puede transformarse, sin darnos cuenta, en una forma moderna de dependencia cognitiva: nos calma a corto plazo, pero nos debilita a largo plazo.

Aprender a convivir con la inteligencia artificial sin perder la nuestra será, probablemente, uno de los mayores desafíos psicológicos de esta década.

16/10/2025

EL DUELO POR LAS POSIBILIDADES NO VIVIDAS

A lo largo de la vida no solo perdemos personas, también perdemos caminos posibles y versiones de nosotros mismos que no llegaron a existir. Esa sensación de “lo que podría haber sido” forma parte de un tipo de duelo invisible que apenas reconocemos: el duelo por las posibilidades no vividas. Este tipo de duelo suele aparecer en momentos de transición: cuando envejecemos, cuando una relación se acaba, cuando elegimos una profesión o una ciudad y descartamos otras, o cuando nos damos cuenta de que ciertos sueños ya no encajan con quienes somos. A diferencia del duelo tradicional, aquí no hay un hecho externo evidente, sino una pérdida simbólica: la de un futuro alternativo. Desde la psicología, es importante entender que estas pérdidas invisibles también merecen espacio emocional. Negarlas o minimizarlas puede generar melancolía, insatisfacción crónica o sensación de vacío, incluso si “todo va bien”. Reconocer el duelo por lo no vivido es una forma de reconciliarnos con nuestras decisiones y con el paso del tiempo. En terapia, acompañar estos duelos implica validar la tristeza por lo no elegido sin convertirla en arrepentimiento. La aceptación no significa resignación, sino reconocer que la vida implica renuncias y que cada elección crea y destruye posibilidades a la vez. Solo cuando podemos mirar con ternura lo que no fue, podemos habitar plenamente lo que sí es. La madurez emocional consiste en integrar nuestras vidas posibles dentro de la que realmente tenemos, entendiendo que la plenitud no surge de haberlo vivido todo, sino de hacer las paces con lo que no pudo ser.

Nueva campaña del Colexio Oficial de Psicólogos de GaliciaPara intentar frenar tanto intrusismo, tanta banalización y ta...
02/10/2025

Nueva campaña del Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia

Para intentar frenar tanto intrusismo, tanta banalización y tanta modita de autodiagnosticarse

DIARIO DE GRATITUDEl Diario de Gratitud es una de las tareas que más veces indico a mis pacientes o consultantes. Puede ...
25/09/2025

DIARIO DE GRATITUD
El Diario de Gratitud es una de las tareas que más veces indico a mis pacientes o consultantes. Puede parecer cursi a las personas más cínicas o sarcásticas pero pronto descubren sus enormes beneficios. Si a la tan manida tríada del autocuidado: sueño, alimentación y ejercicio, le sumamos gratitud hasta podríamos borrar el “auto” de cuidado, ese ma***to prefijo que tanto empacha. Habrá quienes se agradezcan por su cuerpo o sus capacidades pero la mayor parte de las veces agradecemos a otros, a la vida, a las circunstancias y agradecer se convierte así en una fortaleza de primer orden del carácter.
Tal vez por encima del optimismo o la resiliencia yo escogería sentirme agradecida como mi estado de ánimo favorito porque engloba muchas cosas. La perspectiva, saberme donde estoy ubicada, la mente positiva que me ayuda a fijarme en lo que tengo y no en lo que me falta, el sentimiento de conexión con todos y todo lo que me ha ayudado en mi camino.
En el Diario de Gratitud, puedes anotar (y no diariamente) cosas buenas que has experimentado, buenos momentos, enseñanzas o lecciones aprendidas y disfrutadas.
Sorprende al leer muchos de ellos la importancia que tienen los pequeños momentos, los gestos apenas percibidos, las palabras bondadosas, la amabilidad, el contacto con la naturaleza, un recuerdo bonito que nos viene sin buscarlo, el encuentro con un viejo amigo…
Cosas que si no nos paramos, y escribirlas es una buena forma de pararnos , nos pasan desapercibidas, y sin tenerlas presentes nos dejamos arrollar por problemas y preocupaciones que nos descolocan las verdaderas coordenadas de nuestra vida, y nos hacen sentir desdichados.
Tengo un montón de infinitas gracias en mi cuaderno, a seres queridos, a personas para las que trabajé (sin excepción) momentos, lecturas, mil páginas , y empiezo un cuaderno nuevo.
De todas las cosas que agradezco las que más, son las dificultades que he tenido, especialmente las sobrevenidas de mi propia personalidad porque me han enseñado mucho y me han exigido mucho trabajo interior, y la capacidad que tengo de sentir gratitud. Es lo que mantiene mi entusiasmo. Leí por ahí estos días que si en tu corazón plantas una rama frondosa, pronto llegará un pájaro a posarse sobre ella. Y es verdad.

LA NO MATERNIDAD ES UN RESPIRO EN EL ÁRBOL GENEALÓGICOUna pausa, un silencio, un descanso, no un vacío. Siempre se pensó...
03/09/2025

LA NO MATERNIDAD ES UN RESPIRO EN EL ÁRBOL GENEALÓGICO
Una pausa, un silencio, un descanso, no un vacío. Siempre se pensó que esos nombres sin descendientes en el árbol genealógico de una familia era una vida perdida, un renglón suelto, condenado al olvido y a limitarse entre dos cifras en una lápida.Si quien no tenía hijos era una mujer, un jardín sin flores, un vacío, un asunto no concluido, una vida irrealizada.
En verdad una mujer que no es madre, no está interrumpiendo nada, ni tiene menos valor su vida. Pero el prejuicio existe y se perpetua.
Como una vida entre multitudes, se empequeñece en la ausencia de retratos de padres y abuelos que adornan las casas. Sus vidas se difuminan.
Pero desde un punto de vista de trauma familiar, la mujer que no tiene hijos, sea por la razón que sea, sana, reconduce, rompe patrones viciados, libera. No reproduce. Ni la vida ni el trauma. Sana. Nutre de savia nueva el árbol.
No es casualidad que entre nuestras tías atesoremos las mejores lecturas, personalidades extravagantes, risas y avances. Coinciden a veces con la oveja negra, no hacen lo que se considera “normal” y aunque con frecuencia son las primeras destinatarias del trauma, no lo transmiten. Y si lo desean, encuentran su propia forma de maternar, sabiendo siempre que sentir compasión, amor y ganas de cuidar, no son patrimonio de ningún género ni de ningún vínculo.

CÓMO FORTALECER EL VÍNCULO TERAPÉUTICO Lo realmente sanador de la terapia es el vínculo que se establece entre paciente ...
25/08/2025

CÓMO FORTALECER EL VÍNCULO TERAPÉUTICO
Lo realmente sanador de la terapia es el vínculo que se establece entre paciente y psicoterapeuta. Las razones por las cuales unas personas conectan mejor con unos o con otros, son indescifrables. En general, tendemos a simpatizar con personas que reflejan actitudes y valores importantes para nosotros, pero siempre hay un “no se qué” que ,curiosamente , lo explica todo. Eso es la conexion, o sea, cómo te sientes y me sientes cuando estamos juntos, luego está crear el vínculo, la relación terapéutica, el encuadre, el lugar seguro, en que sucede lo realmente terapéutico.
Hay algunas cosas que son importantes para crear y fortalecer esta relación. La confianza exige a ambos formalidad y autenticidad. Un espacio acogedor, que ayude a crear
una atmósfera de calidez, de aceptación, de no enjuiciamiento, de libertad de expresión y de apertura.
Para sentir que te hace bien tu profesional es esencial que sepas el tipo de ayuda necesitas, acompañamiento o/ y terapia, y que
no te cortes a preguntar ni a pedir explicaciones. Y procura ,al exponer qué te sucede y cómo te sientes, no irte mucho por las ramas, es realmente difícil reconducir esa conversación sin resultar borde o arisca y con frecuencia no es psicológicamente relevante.
Con estas premisas tu terapeuta realiza un importante trabajo para ti, que empieza por trabajarse a sí mismo. La coherencia, la capacidad de transmitir, el ser capaz de no enjuiciar y hacerlo con honestidad es un ejercicio de autorregulación continua. Si le unes el trabajo de guiar, estructurar, marcar objetivos, transmitir calma y ánimo, y ser capaz de sentir lo que tu sientes como si yo (o tu terapeuta) fuera tu y estuviera sintiéndome así con tus circunstancias, tu pasado, dentro de ti, y salir de ese trance para volver a ser yo (o tu terapeuta) y guiarte, recoger tu dolor, sostenerlo y devolverlo convertido en otra cosa, que te valga, que te valga a ti, sentirás lo que ponemos de nuestra parte para fortalecer nuestra relación. A veces funciona, a veces no. Pero hay que intentarlo, desviviéndose.

CAERLE MAL A LOS FAMILIARESY no me refiero a los propios, que también.Y no es un caerle mal cualquiera. Es muy expuesto....
02/08/2025

CAERLE MAL A LOS FAMILIARES
Y no me refiero a los propios, que también.
Y no es un caerle mal cualquiera. Es muy expuesto. Tu tratas a una persona, en medio de entramados que te son ajenos y aparecen las reseñas negativas, ponerte verde ante conocidos y otros profesionales y te sientes fatal, yo solo intento ayudar a la persona que me lo solicita. Y de maneras que no gustan a su familia, ya tenemos el nuevo chivo expiatorio. Ahora todo es por culpa del psicólogo.
No nos enseñan a trabajar con la animadversión de familiares, amantes, jefes…La repercusión personal fluctúa según la experiencia, el carácter de cada cual y el rol o la razón que pudiera haber en esa rabia. En mi caso, dada la cantidad de años que llevo siendo punch ball de quien no sabe de la misa la media, hay hartazgo.
Siempre hay una sobrestimación, o tenemos que ser capaces de obtener resultados en tres sesiones o somos los instigadores de malas decisiones, elecciones. Tenemos superpoderes siempre.
En general esa rabia nace de contrariar los preceptos y modos de relación que se pretenden perpetuar. Y por supuesto, casi siempre por ignorancia, no tienen ni idea de qué pasa en consulta y nunca deja de sorprenderme como si creen saberlo todo. También por ansiedad por ver al ser querido bien y considerar que el trabajo es insuficiente y nada efectivo. A veces nadamos en direcciones contrarias, intento fomentar autonomía en personas cuya familia no quiere que tenga una vida propia, “ni vida ni suya” pero , eso sí, que estén contentos de no tenerla. Salud mental a la carta. Palmeros que han de contentar intereses opuestos.
Si además los familiares son los que pagan mis honorarios ni te cuento el nivel de exigencia y de presión. Y los despistes, claro.
Y muchas veces sentimos que el que debiera entrar a la sesión es el indignado, el que nos increpa.
Y debemos callarnos, tal vez sepamos un secreto inconfensable sobre esa persona o cuanto daño ha hecho pero estoicamente soportamos las dudas sobre nuestra validez profesional, el enjuiciamiento, la condena.
Porque vale la pena, todo eso vale la pena si estamos seguros de tener nuestro foco en la persona a la que queremos ayudar. Y ponemos eso por encima de todo. Eso es lo único que debe importarnos. El resto, gajes del oficio. (Duros)

LA DEPRESIÓN NO ES DE PERSONAS DÉBILESTodavía hoy esto es un titular digno de reflexión. Un célebre actor dice que él cr...
20/07/2025

LA DEPRESIÓN NO ES DE PERSONAS DÉBILES
Todavía hoy esto es un titular digno de reflexión. Un célebre actor dice que él creía que la depresión no le pasaría a él porque la consideraba una enfermedad (o un trastorno) de débiles. A una mujer que conozco para atacarla le dicen “súbete la medicación” y antiguamente los trastornos nerviosos en su conjunto se consideraban histeria, de útero, algo propio de mujeres, consideradas como personas de segunda categoría y por supuesto, más débiles.
Cuando escucho a alguien decir “ Eso no me va a pasar a mi” no solo presupongo que se considera más fuerte o más valioso que las personas para las que trabajo, presupongo en muchos casos, una frialdad afectiva que le lleva a sentirse bien, sin que ello implique que lo esté.
No siempre goza de mejor salud mental el que no padece depresión o ansiedad o fobias o problemas de personalidad y aunque así fuera, pocas cosas son más insanas psicológicamente hablando que creer que uno es superior a otros. La mezquindad, la estrechez de miras, la superficialidad, la indiferencia afectiva no son grandes parámetros de nada bueno.
Y la salud mental es también y sobre todo una expresión de humanidad, de sentir, de dolerse, de superación, amor y compasión.
El porqué de cualquiera de los problemas que abordamos en consulta nunca tiene una base exclusiva de herramientas, habilidades o aprendizajes. Siempre se desarrollan éstas en una estructura de un sistema complejo, nervioso, neuronal, orgánico. Y si nunca felicitaría a nadie por tener un bazo o un estómago estupendo nunca censuraría a nadie por, en un momento determinado o como un patrón general de estar el mundo, se deprima o se angustie.
Tampoco el concepto de débil o fuerte me encaja mucho en el campo semántico de las cosas con las que lidio en consulta y en mi misma como persona afectada por todas las emociones compartidas con el común de los sintientes.
Puedo valorar un cuadro de fuerte o más leve o la actitud de una persona ante un revés como de gran fortaleza , pero como un color más no como una categoría jerárquica de más y de menos.
Pero si alguien me dijera “pero entonces para ti quién es fuerte” y tuviera algún interés en responder, no dudaría, el que se levanta y sigue adelante tanto como el que no lo consigue pero lo intenta si ambos lo hacen desde el abismo.

APROPIACIÓN INDEBIDALas palabras, los conceptos, parecen ser el nuevo objeto de piratería e intrusismo, y se observa muy...
19/07/2025

APROPIACIÓN INDEBIDA
Las palabras, los conceptos, parecen ser el nuevo objeto de piratería e intrusismo, y se observa muy especialmente con lo que es propio de la Psicología.
No se ve con frecuencia citados proindiviso o beneficio de inventario o ab intestato. Ni colostomía ni polinomio.
Pero de motivación, apego, trauma, conducta, resistencia, reforzadores, depresión y autoestima se ve/lee/ escucha un no parar.
Estamos empachados de tanto trastorno de la conducta alimentaria, nos devora lo de trabajarnos por dentro y los coachs para todo nos taladran.
Me enfurece y entristece. No sé hasta que punto somos responsables los psicólogos; nunca me pareció buena idea tanta divulgación, aquello de “esto no es terapia” se leía como “el no acumule medicación en casa” ; la gente ha llegado a creer que lo que hacemos los psicólogos es lo que decimos sobre los problemas que abordamos! .
Pero mucho peor cuando los que hablan de psicología son profesionales de otros ámbitos.
Ahora parece que la psicología es esa cosa común a muchos profesionales. Y claro, una asiste a una banalización y superficialidad mayúscula. Una autofagia que terminará con personas terapizadas con el chat GPT o que a al ponerse un implante reciben un cursillo de técnicas de relajación. ¿Que las dietas ya no venden? Le añadimos psicología , ¿que los famosos nos aburren? Analizamos su lenguaje no verbal con un psicólogo. (Ahí al menos suelen contratar a uno que lo es.)
Lo demás es seguir alimentando el vacío del empacho.
Resulta que yo soy de las palurdas que creo que hay que estudiar desde primero, y hacer todos los pasos, y leer muchos libros y ver a muchas, a muchísimas personas para poder hablar de estas cuestiones.
No sólo haber sido alcohólico o padecido una depresión. El haber sufrido cualquier trastorno ayuda mucho a comprender y puede ayudar a otros, pero el verdadero conocimiento y aprendizaje es una construcción con mucha discriminación y esta usurpación de la que somos objeto está creando una impostura del saber Psicología.
Eso si, nos cabe el honor de ser nosotros los imitados.

El conflicto entre corazón y cabeza es la base de que no seamos capaces de “aplicarnos el cuento”. Nuestro cerebro tiene...
16/06/2025

El conflicto entre corazón y cabeza es la base de que no seamos capaces de “aplicarnos el cuento”.
Nuestro cerebro tiene estructuras bien diferenciadas que ejecutan distintas funciones, el lóbulo frontal, el córtex, se ocupa de la parte racional, de causas y consecuencias, analiza objetivamente las situaciones.
La amígdala y el sistema límbico responden muy rápido, antes de cualquier análisis y dan respuestas emocionales, carentes de sustentación lógica, es lo que figurativamente llamamos corazón. Y se imponen, gritan más, por así decirlo, que los razonamientos.
Por esto nos sucede muchas veces estar en la doliente situación de entristecernos por cosas que nos hacen personas a las que no estimamos y de las que pensamos que son unas cretinas, nos duele el rechazo de quien no nos gustaba, decimos si cuando queremos decir no, y seguimos perseverando en actitudes autodestructivas.
No somos nada fríos y el desencanto racional no consigue desinflar ese globo de ilusión de que las cosas sucedan de otra manera, y las personas sean como nos gustaría que fueran, en realidad.
Nuestra amígdala canta como una gran soprano y si, si, la teoría ya nos la sabemos pero ni caso.
Reflexionar una vez pasado lo que nos activó, meditar sobre ello, intentar regularnos y calmarnos, es básico para acompasarnos.
Y en equilibrar a estos dos nos pasamos la vida, es en gran parte un trabajo que nos hace humanos.

Lecturas de Domingo por la tarde:Ese buen envejecer no depende tanto de la edad como del propio carácter. Todo se desgas...
15/06/2025

Lecturas de Domingo por la tarde:

Ese buen envejecer no depende tanto de la edad como del propio carácter. Todo se desgasta, esto es una realidad, pero en la vejez también hay lucidez, plenitud y una libertad ácrata. Sueño con mis ochenta años rodeada de libros, cartas pendientes en el escritorio (¿seguirán existiendo los buzones?), una nevera con queso y fruta, una ventana con horizonte desde donde vea el olivo que compré en 1998, silencio y calles limpias.

Dicen que cuando tienes un hijo al fin entiendes a tu madre, pero no me hace falta eso para admirar su hazaña. Crecer sin cariño, emigrar, establecerse sola en una ciudad de idioma endiablado, criar y educar sin ejemplo alguno, sin redes de apoyo, salir adelante con cuatro duros, intentar ser justa y conseguirlo. Veo lo mucho que las mujeres podemos cambiar en solo una generación: la educación, las lecturas, los viajes, las posibilidades. Seguimos sin llegarles a la suela del zapato.

Mis padres no contaban conmigo cuando llegué. Siempre he pensado que a los nacidos en la prórroga nos acompañan los golpes de suerte toda la vida.

En el amigo busco las pequeñas virtudes: cortesía, gracia, destreza. En la pareja busco las grandes virtudes: voluntad, generosidad, honestidad.

No me importó hacer un poco el ridículo, llevada por el entusiasmo y los nervios. Yo temblaba como un perrillo. Hacer un poco el ridículo es pagar un precio bajísimo por vivir la emoción libremente.

MARTA D. RIEZU

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