11/11/2025
Tu cuerpo no necesita modas.
Necesita verdad.
No quiere que lo arregles. Quiere que lo escuches.
No vino a ser admirado.
Vino a ser habitado.
Cuando lo miras con amor y le das espacio para ser,
algo cambia.
Tu respiración se vuelve más lenta.
Tu mente deja de compararse.
Tu hambre se vuelve real, no emocional.
Y lo que antes era lucha…
se convierte en alianza.
El cuerpo no es tu enemigo.
Es tu mensajero más honesto.
Te habla con síntomas, con cansancio, con hambre, con placer.
Y si aprendes a escucharlo,
te devuelve algo que ninguna moda puede darte:
paz.
Así que la próxima vez que te mires al espejo…
no busques errores.
Busca señales.
Mira la historia que cuenta tu cuerpo:
sus batallas, sus abrazos, sus memorias.
Y en ese momento, puedes decirte con cariño:
“Estoy aprendiendo a vivir en mí.
No para encajar fuera…
sino para sentirme en casa por dentro.”