03/11/2025
Muchas veces en consulta escucho personas que tienen normalizado que en su infancia les trataran mal: algún cachete, miradas frías, la ley del silencio, el miedo como herramienta educativa.
Y lo justifican porque se autodefinen como niñas y niños trasto, “malos”, rebeldes.
Pero ninguna niña y ningún niño merece miedo, dureza o desconexión como forma de educar. No era que fueras difícil. Era que el adulto no tenía herramientas, apoyo ni recursos emocionales.
No eras demasiado. Estabas sintiendo, explorando, necesitando, buscando presencia.
Si alguna vez te dijeron que te lo merecías, hoy quiero que sepas esto: no había nada malo en ti.
Solo faltó alguien disponible para mirar tu mundo interno con respeto, curiosidad y amor.
Hoy, como personas adultas, podemos romper esa cadena. Podemos revisar, comprender, reparar. Y elegir otras maneras de acompañar a la infancia.
Porque criar sin violencia no va de niñas y niños “perfectos”.
Va de adultos conscientes.
¿Te resuena? Te leo.