ReActiva Psiconeuroinmunología

ReActiva Psiconeuroinmunología Información de contacto, mapa y direcciones, formulario de contacto, horario de apertura, servicios, puntuaciones, fotos, videos y anuncios de ReActiva Psiconeuroinmunología, Terapeuta, Paseo Peatonal Álvaro Arvelo Hernández, Tacoronte.

Psiconeuroinmunología clínica, presencial y online, para la salud digestiva, inflamación sistémica, alergias, autoinmunidad, metabolismo energético y patologías femeninas: endometriosis, ovario poliquístico, alteraciones del ciclo menstrual y fertilidad.

ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA: Un Enfoque Actual desde la PsiconeuroinmunologíaEntender la Esclerosis Lateral Amiotrófi...
08/11/2025

ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA: Un Enfoque Actual desde la Psiconeuroinmunología

Entender la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es un desafío profundo, no solo por la complejidad de la enfermedad en sí, sino por el dolor y la incertidumbre que genera. Mi intención con esta publicación es describir los mecanismos de la enfermedad y ofrecer una perspectiva desde la psiconeuroinmunología que se centre en los factores que se pueden modular a favor de la salud en estos casos.

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las neuronas motoras. Se define técnicamente como enfermedad de “primera y segunda motoneurona” y se caracteriza por el endurecimiento (Esclero) de la parte lateral de la médula (Lateral), que genera denervación de las fibras musculares con atrofia muscular progresiva (Amiotrófica).

Para entender mejor, debemos conocer que estas neuronas que se ven afectadas en la ELA están íntimamente relacionadas con un tejido que las envuelve en forma de red. Este sistema se denomina de la glía. En un principio se pensaba que únicamente daba soporte y protección, pero en los últimos años se ha sabido que también da aporte energético y nutricional, y que se comporta como una célula inmunitaria. Por tanto, la glía se ocupa del soporte, aislamiento de los axones para una mejor conducción del impulso nervioso, reparación de tejidos, mantenimiento del equilibrio de los iones y neurotransmisores, desarrollo y reparación de las propias neuronas, y también, muy importante, de defensa e inmunidad (células de la microglía).

Desde un punto de vista fisiopatológico, la ELA podría abreviarse en dos procesos: un neurodegenerativo con destrucción de neuronas motoras, y otro de inflamación y disfunción inmunitaria crónico de las células que componen la red glial, que no solo no resuelve la recuperación de las neuronas dañadas, sino que además favorece la destrucción la propia red. Un proceso que se retroalimenta y amplifica con cada vez mayor daño tisular y que puede ser iniciado por el fracaso funcional de cualquiera de los dos tipos de células; o las neuronas, o las de la glía. El grado de destrucción y de desregulación inmunitaria es tan grande en algunos casos que los estudios muestran presencia varios tipos de autoanticuerpos en sangre y líquido cefalorraquídeo, asunto que indica que en cierta manera un componente de autoinmunidad y mimetismo molecular.

En un principio se pensó que las neuronas fracasaban antes y luego la red de la glía no tenía capacidad de regenerarlas. Luego se pensó que era la red glial la que fallaba y las neuronas morían por inanición y falta de soporte. A día de hoy se sabe que tanto unas células como otras pueden fracasar según predisposición genética. Esto no quiere decir que todas las personas que tienen predisposición vayan a padecer irremediablemente ELA. Lo interesante es saber que estos genes se activan o desactivan para dar lugar al ELA por factores derivados del estilo de vida de la persona (epigenética). Por eso se habla cada vez más de la ELA como una enfermedad de interacción genes-ambiente. Dicho de otra manera: para que el proceso patológico se desencadene son necesarios estresores ambientales y biológicos. Entre ellos, destacan los siguientes mecanismos clave:

1. Estrés Mitocondrial y Oxidativo
Las mitocondrias, que son los centros donde se genera energía intracelular, fallan, produciendo menos ATP (energía) y generando un exceso de Estrés Oxidativo (ELO); radicales libres que dañan las estructuras neuronales. Por eso, el ejercicio físico de muy alta intensidad o el trabajo físico de gran esfuerzo sostenido son considerados estresores que pueden actuar como detonantes o aceleradores del daño en individuos vulnerables o con predisposición genética.

2. Disfunción Metabólica y Autofagia (Autolimpieza)
Las personas con resistencia a la insulina y acumulación de lípidos intracelulares (lipotoxicidad) dañan a la glía, limitando el soporte energético-metabólico a las neuronas.
La Autofagia es el proceso de autolimpieza que elimina orgánulos defectuosos y agregados proteicos (TDP-43). Estrategias como el Ayuno Intermitente activan esta limpieza de forma pulsátil para restaurar la eficiencia celular, limpiando residuos tóxicos y mejorando el rendimiento mitocondrial. Un dato importantísimo es que en el 97% de los casos de ELA se detecta la agregación anómala de la proteína TDP-43 (TAR DNA-binding protein 43) dentro de las motoneuronas. Estos agregados proteicos son el "sello patológico de la ELA"que da lugar a una alteración de la función con muerte neuronal y que contribuye además a la activación tóxica de la microglía e inicio del círculo vicioso de "neurodegeneración e inflamación-respuesta inmunitaria anormal".

3. La importancia del Eje Intestino-Cerebro y Permeabilidad de Barreras
El desequilibrio en la microbiota intestinal (disbiosis) aumenta la permeabilidad intestinal (Leaky Gut). Las toxinas presentes en sangre y la inflamación sistémica comprometen las uniones estrechas de la Barrera Hematoencefálica (BHE), que es el filtro que protege el Sistema Nervioso Central (SNC). Al volverse permeable, la BHE permite la entrada de factores tóxicos que se instalan definitiva e irremisiblemente en algunos casos, activando la microglía y el círculo viciosonde inflamación y neurodegeneración.

4. Toxinas Ambientales y Carga Corporal
La exposición masiva, ya que vivimos rodeados de factores tóxicos como agroquímicos, químicos en "productos alimentarios", contaminación del aire y de aguas en los ríos y en los mares. Metales pesados (como el Mercurio). La evidencia en la liberación de v***r de mercurio de las amalgamas dentales...

5. Otro factor es la disfunción de los linfocitos T Reguladores (Tregs) y la presencia de autoanticuerpos.

El Rol de la PNI en el Manejo Complementario y la Calidad de Vida

La PNI ofrece un marco esperanzador y complementario, enfocándose en incidir en los mecanismos patológicos modulables a través de un manejo integral del estilo de vida como pueden ser la resolución de la Inflamación, la activación de la desintoxicación con quelantes naturales, la autolimpieza Celular (Autofagia), mejora de la sensibilidad a la insulina o la suplementación antioxidante como pudiera ser la N-Acetilcisteína (NAC) (precursor del Glutatión) o el Ácido Alfa Lipoico (ALA), para optimizar la excreción de toxinas y neutralizar el Estrés Oxidativo. También se puede trabajar para reducir la carga inflamatoria y de toxinas en sangre, así como mejorar la integridad de la barrera intestinal o hematoencefálica. Siempre de manera complementaria y sin interferir o trabajando de manera colaborativa con tratamientos médicos.

Y para finalizar les recomiendo la película basada en la historia real de Stephen Hawking, que padeció ELA, y su exesposa, Jane Wilde: "La teoría del todo", año 2014.

Fuerte abrazo. Si lo desean pueden contactar conmigo a través del WhatsApp.

Imagen: Stephen Hawking, wikipedia.

La ciencia detrás de la tranquilidad: Un enfoque desde la psiconeuroinmunologíaLo que mi padre me diceSiempre que veo a ...
26/08/2025

La ciencia detrás de la tranquilidad: Un enfoque desde la psiconeuroinmunología

Lo que mi padre me dice

Siempre que veo a mi padre sentado, o me voy, sobre todo si sé que no lo veo en unos días, me despido con el mismo discurso: "Me haces el favor de hacer los ejercicios". Y es que le hice una tabla con cuatro cosas básicas que, más o menos, va haciendo. A veces, a mi recomendación le añado: "y come bien". Él siempre me contesta: "y la tranquilidad, que es lo que más ayuda". ¡Y vaya si tiene razón!

Recuerdo que mi padre de joven se enfadaba y se frustraba con las cosas, como decimos por aquí, "se enrabiscaba". Pero hace años, bastantes ya, su respuesta ante las adversidades de la vida es mucho más neutra. Yo definiría su forma como sensata. La de "filtrar, dejar pasar y no enredarse con lo que no vale la pena", la de "llevar las cosas poquito a poco" y la de "aceptar y hacer lo que se puede". Un estilo de vida al que además añade "hacer la siesta", su vasito de vino, sus amistades íntimas, atender la huertita y pintar, que lo hace desde niño.

¡Y mi padre tiene toda la razón! Y te lo explico científicamente:

Sabemos, y es un hecho comprobado, que el estrés agudo deprime el sistema inmunitario. Y así, dependiendo del estado y las condiciones de cada persona, aparecen problemas de estómago con sobrecrecimiento de Helicobacter pylori, gastritis, patologías de autoinmunidad, cáncer... y algunas afectaciones por virus que viven en nuestro cuerpo de forma latente, como el herpes zóster.

Muchas son las causas por las que los tejidos se dañan y alteran su función, ya que la respuesta al estrés es diferente en cada órgano, pero hay un mecanismo fisiológico presente en todos los casos y que afecta a todas y cada una de nuestras células corporales, incluyendo las del sistema nervioso central y las gónadas: la supresión de la actividad del sistema inmunitario mediada por las hormonas del estrés. Y para quien quiera saber más, la historia es así:

Cuando nos disgustamos profundamente, nuestra red neurológica central activa el hipotálamo, que a través de neurotransmisores estimula la pituitaria (una glándula que está dentro de nuestra cabeza). Esta, a su vez, libera neurohormonas que viajan por el torrente sanguíneo y activan las glándulas suprarrenales, que se llaman así por estar sobre los riñones. Estas liberan en sangre gran cantidad de tres sustancias: adrenalina, glucosa y cortisol, razón por la cual desde un punto de vista médico la reacción se denomina "triada del estrés", aunque en verdad también se libera y actúa una cuarta hormona denominada noradrenalina.

Desde el punto de vista evolutivo a esta reacción se la conoce como "de lucha o huida", porque los seres humanos, durante millones de años, se enfrentaron a desafíos físicos de supervivencia extremos. Fue necesario huir o enfrentar a un oso, cruzar un frío lago nadando, pelear por los recursos con otra tribu, etc. Por tanto, no podemos pensar que la "triada del estrés" es una respuesta fisiológica inadaptada, sino todo lo contrario, pues estamos aquí gracias a esto.

El problema es que los tiempos han cambiado. Ya no enfrentamos osos, sino jefes o cargas de trabajo, y tampoco podemos huir de ellos ni de nuestras responsabilidades. Tenemos que aguantar y sacar adelante la jornada laboral, la mayoría de las veces quietos o sentados. Pero, claro, por dentro... el cuerpo está generando la misma respuesta que hace millones de años.

Y aquí es donde entra la clave: nuestra mente no diferencia entre la realidad y la imaginación. El sistema de supervivencia, especialmente el sistema límbico, puede estar activado constantemente por miedos, inseguridades o preocupaciones que no son peligros físicos reales, sino amenazas percibidas. Si la mente rumia y sugiere peligros inexistentes, ya sea por experiencias de vida pasadas o por una transmisión generacional de miedos, el cuerpo reacciona como si la amenaza fuera real.

Por eso, y como bien nos enseñan las tradiciones espirituales de todas las épocas, es tan importante estar en el momento presente. De esta manera, la mente no se proyecta hacia un futuro imaginario y lleno de lo que pudiera suceder, que la mayoría de las veces solo son circunstancias que nos pretenden salvar la vida, pero que en realidad nos están causando a día de hoy más perjuicio y daño que beneficio, ya que el contexto no es como el de nuestros antepasados lejanos.

Evidentemente, esta respuesta no es tan intensa como en un ataque real, pero ahora es constante, crónica y silente. Eleva la glucosa, prepara el sistema neurológico y motor para la actividad, aumenta la tensión arterial... y también, presten atención y lean bien: modula el sistema inmunitario a la baja. Sí, y esto es así porque ante una situación de peligro inminente (como ser atacado por un depredador), el cuerpo necesita toda su energía para pelear o escapar, no para combatir una infección menor o reparar un tejido dañado. La supresión de la respuesta inmune liberaba recursos y evitaba una inflamación excesiva que podría ser perjudicial.

De manera resumida, la funcionalidad del sistema inmunitario se clasifica de tres formas, dependiendo del tipo de linfocitos y células inmunitarias que actúen.

Respuesta Th1: Se enfoca en la inmunidad celular, que es la encargada de combatir patógenos intracelulares como virus y bacterias.
Respuesta Th2: Se especializa en la inmunidad humoral, que controla parásitos y genera anticuerpos. Evidentemente, está muy relacionada con las alergias.
Respuesta Th17: Es clave en la defensa contra bacterias extracelulares y hongos, principalmente en las superficies mucosas.

Pues bien, en la reacción de estrés de "lucha o huida", el organismo favorece la respuesta Th2 frente a Th1 y Th17. Esto ocurre porque el cortisol, la hormona del estrés, tiene un efecto directo en la polarización de estas respuestas. Al inhibir la respuesta Th1, el cuerpo debilita su capacidad para combatir infecciones intracelulares, lo que podría explicar el empeoramiento de infecciones latentes, como la del Helicobacter pylori, el herpes y otras. También porque la desregulación del sistema inmunitario puede llevar a que el cuerpo se "confunda" y ataque sus propios tejidos, que es la base de las enfermedades autoinmunes y las alergias.

Respecto a esto último, no es que el sistema inmunitario se "confunda", sino que se da una reacción de "mimetismo molecular", es decir, la similitud estructural entre una molécula de nuestro cuerpo y la de un patógeno que está presente en ese momento. Adicionalmente, este desequilibrio y desregulación inmunitaria puede contribuir a la progresión de un cáncer, ya que el sistema inmunitario, debilitado en favor de la supervivencia del individuo, puede fallar en su tarea de identificar y eliminar las células cancerosas a tiempo, células malignas que todos generamos cada día, y que nuestras defensas, en condiciones normales, controlan (vigilancia inmunitaria).

Para acabar, te diré que sí, que la respuesta al estrés de cada persona está determinada por su genética, pues hay genes que codifican los receptores celulares del cortisol y regulan su velocidad de acción. Si lo pensamos así, nada podríamos hacer. Sin embargo, y para que veas lo bonito del asunto, somos nosotros con nuestra voluntad e inteligencia en la interpretación de los eventos, con nuestras experiencias, el entorno que creamos y las personas que nos rodean, quienes modulamos esa respuesta y expresión genética (epigenética) al estrés, y por tanto nuestra protección frente a multitud de enfermedades. ¡Alucinante! Por eso, y como bien dice mi padre, y muy pero que muy bien dicho: "la tranquilidad es lo que más ayuda".

Recuerda que todo lo anterior funciona, claro está, pero si en algún momento todo te supera y sientes que no puedes más, te recomiendo que momentáneamente salgas de la zona de estrés y te muevas. Dale la respuesta motora y fisiológica para la que el cuerpo está preparado. Deja que las hormonas y la glucosa que están en tu sangre hagan su función: corre, haz ejercicio de fuerza e intensidad, despeja la cabeza y aclara las ideas.

¡Fuerte abrazo! ¡Gracias por leer y estar aquí!

Y recuerda que si tienes un problema de salud concreto y quieres identificarlo y mejorarlo desde la raíz, estoy aquí para ayudarte.

Más allá de la báscula: la grasa como un órgano inflamatorio🔥Cuando pensamos en la grasa corporal, nuestra atención se c...
24/08/2025

Más allá de la báscula: la grasa como un órgano inflamatorio🔥

Cuando pensamos en la grasa corporal, nuestra atención se centra en el peso y la estética. Aunque por intuición sabemos que la obesidad es perjudicial, a menudo subestimamos su impacto real en la salud.

Desde la Psiconeuroinmunología (PNI), entendemos que la grasa corporal no es solo una reserva de energía, sino un órgano metabólicamente activo que influye directamente en nuestros sistemas y en nuestra esperanza de vida. Un claro ejemplo es un estudio de alto impacto en la revista The Lancet, que analizó datos de más de 10 millones de personas y encontró una relación directa entre el exceso de peso y un mayor riesgo de mortalidad prematura.

La ciencia ha demostrado que el sobrepeso está estrechamente vinculado a un aumento en el riesgo de:

Enfermedades cardiovasculares: como el infarto, el ictus y la insuficiencia cardíaca.

Cáncer: de colon, mama, útero y riñón, entre otros.

Diabetes tipo 2.

Enfermedades respiratorias: como la apnea obstructiva del sueño.

Pero, ¿por qué ocurre esto? El tejido adiposo, en particular el que se acumula en la zona central del cuerpo, se comporta como un órgano endocrino que segrega sustancias inflamatorias a la sangre. Hablamos de la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que viajan por el torrente sanguíneo, generando una inflamación sistémica, lenta y silenciosa. Este proceso daña progresivamente la función de todos los tejidos y órganos, incluido el cerebro.

El sedentarismo acelera este proceso, ya que la falta de actividad física no solo favorece la acumulación de esta grasa peligrosa, sino que también agrava la inflamación a través de múltiples mecanismos adicionales.

Además, una curiosidad que seguramente no sepas es que la grasa abdominal drena directamente al hígado a través de la vena porta. Esto significa que las sustancias inflamatorias y los ácidos grasos que libera lo sobrecargan e inflaman directamente, contribuyendo a generar una patología denominada "hígado graso no alcohólico".

En ReActiva Psiconeuroinmunología, estudio tu caso y te ayudo a entender tu cuerpo y tus problemas para ir más allá de los números de la báscula. Si quieres identificar la causa raíz de tu inflamación y mejorar tu salud de forma integral, estoy aquí para ayudarte.

¡Un saludo! ¡Gracias por leer y estar ahí!

Dirección

Paseo Peatonal Álvaro Arvelo Hernández
Tacoronte
38350

Horario de Apertura

Lunes 10:00 - 18:00
Martes 10:00 - 18:00
Miércoles 10:00 - 18:00
Jueves 10:00 - 18:00
Viernes 10:00 - 18:00

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando ReActiva Psiconeuroinmunología publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Compartir

Share on Facebook Share on Twitter Share on LinkedIn
Share on Pinterest Share on Reddit Share via Email
Share on WhatsApp Share on Instagram Share on Telegram

Categoría