28/06/2018
Un masaje reconfortante podría sentirse relajante, pero, ¿podría tener también beneficios reales para la salud? Según se documentó en los primeros dibujos en las tumbas egipcias y en las escrituras chinas que datan del año 2700 antes de Cristo, el masaje conlleva una variedad de técnicas para frotar el cuerpo y aliviar la tensión muscular y el dolor. Por ejemplo, el masaje sueco emplea movimientos largos y movimientos de amasar, y el masaje profundo de tejidos usa presión intensa y focalizada en las áreas con dolor o tensión.
Actualmente, los estadounidenses recurren cada vez más al masaje. De acuerdo con el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, la proporción de gente en Estados Unidos que recibieron terapia con masaje aumentó en un 38% entre el 2002 y el 2012. Los usuarios normalmente buscan un terapeuta capacitado en masajes (no un doctor en medicina) y pueden gastar cualquier cantidad entre $40 a $250 o más por hora, dependiendo del lugar en donde vivan, el tipo de masaje y el entorno. (Espera pagar más en un spa lujoso).
¿Funciona?
“Una investigación limitada sugiere que la terapia con masaje podría aliviar el dolor de la espalda baja, una afección que sufren 8 de cada 10 adultos en algún punto de su vida”, dice el jefe de asesores médicos de Consumer Reports el Dr. Marvin M. Lipman, M.D. Por ejemplo, una revisión de 25 ensayos clínicos pequeños y medianos en el año 2015 realizado por investigadores con la organización independiente Cochrane Library, descubrió que entre las personas con dolor de espalda baja que duraba más de 4 semanas, el masaje ofrecía un mejor alivio que si no recibían ningún tratamiento o si recibían un tratamiento "placebo", como por ejemplo, tocarles ligeramente la piel.
En promedio, la terapia con masaje también pareció aliviar mejor las molestias más que los tratamientos como la acupuntura, la tracción y los ejercicios de relajación. Lo que es aún más importante, al compararlo con no recibir ningún tratamiento o recibir un tratamiento placebo, es que el masaje mejoraba las funciones, tales como la capacidad para caminar, dormir y otros componentes importantes de la vida diaria.