26/09/2025
Si Beethoven no hubiera nacido, jamás habríamos escuchado la Novena Sinfonía.
Si Vivaldi no hubiera existido, nunca tendríamos Las Cuatro Estaciones.
Si Miguel Ángel no hubiera existido, nunca tendríamos la capilla sixtina.
El arte no es inevitable: es un milagro único que nace de una mente, de una vida, de una sensibilidad irrepetible.
En ciencia, muchas ideas aparecen en paralelo: si Darwin no hubiera formulado la teoría de la selección natural, lo habría hecho Wallace. La humanidad tarde o temprano habría llegado allí.
Pero en arte es distinto. Nadie más podría haber escrito el Claro de Luna, el Réquiem de Mozart o el Bolero de Ravel. Cada obra es la expresión única de un alma.
Por eso el arte es tan esencial: no es solo conocimiento, es identidad, es emoción, es la memoria de lo que fuimos y la inspiración de lo que podemos ser.
Cuantos cuadros o cuantas sinfonías perdemos en gue**as absurdas, cuantos genios perdidos en Pa**stina o en Ucr**ia.
Por eso no podemos perder la compasión y la solidaridad con aquellos que en este momento la pasan mal, es nuestro deber como humanidad.
Perder a un genio del arte es como perder un color del arcoíris: la humanidad sería distinta, menos completa.
¿Te imaginas un mundo sin arte?