19/08/2025
El tiempo de verano suele ser tiempo de desconexión, de recargar energía que hemos ido usando durante el año, de vivir hacia fuera antes de que la llegada del invierno nos invite a vivir hacia dentro.
Pero los veranos van siendo un poquito mas difíciles cada año. Los incendios demoledores, las guerras que cada vez parecen acercarse un poquito más y alargarse, las desafortunadas ideas que tienen las personas que dirigen el mundo... nos hacen tener a veces cierto desasosiego y ansiedad.
Por un lado sentimos la tristeza de la naturaleza maltratada, de las personas que mueren a diario por hambre o por disparos en la guerra, nos duelen las injusticias que vemos cometer contra el diferente, y vemos como los pobres siempre son los peor parados de cualquier cosa que pase. Por otro lado, sabemos que somos deudoras de la suerte que nos ha dado el destino de vivir en un lugar donde no nos falta nada, donde la familia es un apoyo, donde podemos expresarnos.
Y entonces pensamos que quizá no ayudamos demasiado en esa primera parte que nos produce tristeza y desazón, pero también sabemos que no podemos vivir de espaldas a la vida personal que se abre ante cada una de nosotras, que no podemos no ser personas generosas por tanto como hemos recibido. Y todo este batiburrillo es porque SENTIMOS.
Ese es el gran ejercicio a experimentar este verano: gestionar nuestras emociones y sentimientos. ¿Como lo lleváis?
Namasté