06/12/2025
¿Por qué estoy convencida de que el sol es medicina y la luz azul de nuestros entornos modernos nos daña?
Pues porque durante el periodo Covid inicié una formación online que me hacia estar un día a la semana durante cinco horas seguidas delante de la pantalla.
Yo no solía padecer de dolores de cabeza y cada vez que finalizaban las clases, acababa con dolor de cabeza. Al principio pensé que igual era por las ondas electromagnéticas, pero con el tiempo comprendí que no solo se trataba de eso.
Posteriormente han habido varios momentos en mi vida, que por cuestiones de trabajo, apenas conseguía tomar el sol.
Una de esas veces fue durante un mes de julio; cuando acababa de trabajar ya se había puesto el sol.
En otra ocasión fue durante un invierno en el que el sol estuvo muy ausente y siempre que me disponía a salir para tomarlo, me encontraba con el cielo nublado.
En estos varios períodos me aparecieron diferentes síntomas que empecé a tratar con suplementacion. Sin embargo, ningún suplemento me hacía sentir un gran cambio.
Lo que yo notaba era que mi cuerpo solo quería estar fuera de casa, dejar de trabajar y ponerme al sol.
Y es que después de un rato tomando el sol con los ojos cerrados, los síntomas desaparecían y me sentía mucho mejor.
Las analíticas mostraron niveles bajos de Vitamina D y me costó bastante convencer a mi cuerpo de que le apeteciera volver a trabajar y estar metido por mucho rato dentro de cuatro paredes.
Seguramente cuando un cuerpo ya ha pasado por unas problemáticas, aprende tanto que se resiste a volver a repetir la misma experiencia.
Mi terapia a día de hoy es escuchar a mi cuerpo para saber qué elemento de la naturaleza necesita equilibrar en cada momento.
A veces necesitamos sol y calor. Otras veces viento y movimiento. Tierra y raíces, agua y fluidez o madera y fortaleza.
En mi caso la necesidad del trabajo con árboles también fue requerida por mi cuerpo.
La naturaleza tiene la capacidad de sanar, al igual que nuestro cuerpo tiene el potencial para reconocer qué necesita y mostrárnoslo a través de los síntomas y necesidades del momento.
Que la escucha corporal y la exploración no te falten nunca.