25/11/2025
¿Tu hij@ ha sido etiquetado como “disperso”, “inquieto” o presenta dificultades de atención en el entorno escolar?
Es una preocupación habitual en muchas familias. Y aunque a veces se piensa directamente en TDAH, también existen factores físicos y neuromotores que pueden influir en la concentración, la postura y la regulación.
Uno de ellos es la presencia de Reflejos Primitivos No Integrados.
🧠 Cuerpo y atención están conectados
Los reflejos primitivos son respuestas automáticas de los primeros meses de vida. Con el desarrollo deberían integrarse para dar paso a movimientos voluntarios y a una mayor madurez del sistema nervioso.
Cuando alguno permanece activo —como el Reflejo de Galant, que puede generar inquietud o dificultad para mantener la postura—, el cuerpo del niño invierte energía en compensarlo.
Esa energía que se destina a “controlar el cuerpo” puede faltar para atender, concentrarse o mantenerse cómodo en la silla.
👉 Señales que a veces se confunden con TDAH y pueden relacionarse con reflejos no integrados:
• Inquietud motora: necesidad de moverse, cambiar de postura o retorcerse para encontrar estabilidad.
• Retos en la coordinación: escritura costosa, torpeza en deportes o movimientos que requieren precisión.
• Hipersensibilidad: molestias con etiquetas, ruidos, luces o ciertas texturas.
En Creciendo Mejor, la Integración de Reflejos Primitivos forma parte del abordaje global del neurodesarrollo.
No sustituye una valoración pediátrica ni es un tratamiento específico para el TDAH, pero puede favorecer una mejor organización neuromotora, mejorar la postura y permitir que el niño se regule mejor y pueda centrarse con más facilidad.
💚 Si crees que tu hij@ podría beneficiarse de una valoración, estamos aquí para acompañarte. La neuroplasticidad permite que el sistema nervioso siga madurando en todas las etapas de la infancia.