02/12/2025
No guardes rencor
No guardo rencor, porque no sé dónde ponerlo…
Porque el rencor ocupa demasiado espacio, pesa más de lo que uno admite y termina apagando la poca luz que a veces queda encendida en el alma.
No lo guardo porque no quiero convertir mi corazón en un almacén de heridas, ni mi memoria en un museo de dolores antiguos.
No guardo rencor porque aprendí, a golpes, que quedarse aferrado a lo que te lastimó es como cargar una piedra en el pecho: te acostumbras al peso, pero nunca te deja respirar del todo.
Y la vida es demasiado corta para vivir con la respiración entrecortada por cosas que ya no existen.
No guardo rencor porque no sé dónde colocarlo sin que me destruya.
Si lo dejo en el corazón, lo contamina.
Si lo pongo en la mente, la desgasta.
Si lo guardo en el alma, la marchita.
Y si lo dejo en mis manos, termino usando mis dedos para señalar culpas que ya no tienen sentido.
Prefiero dejarlo ir… aunque cueste, aunque duela, aunque me haga sentir vulnerable.
Prefiero soltarlo porque he entendido que el perdón no es un regalo para quien falló, sino un bálsamo para quien decide seguir adelante sin cadenas invisibles.
No guardo rencor porque me cansé de cargar cosas que no me pertenecen.
Porque la paz pesa menos.
Porque la libertad emocional vale más.
Y porque, al final, soltar es la única manera de hacerle espacio a lo nuevo, a lo sano, a lo que sí merece quedarse.
No guardo rencor…
porque el corazón, cuando sana, aprende que el amor propio también es saber qué peso ya no estás dispuesto a llevar.
©️ Me gustó mucho