23/11/2025
A veces no es que no podamos conducir…
es que hemos aprendido a esquivarlo tan bien que casi parece normal.
Caminar más, cambiar planes, depender de otros, evitar trayectos…
y es que cada pequeña evitación le da más poder al miedo, aunque no lo parezca.
Lo curioso es esto: cuanto más huyes, más grande se vuelve.
Como un niño mimado al que nunca le ponen límites.
Y la verdad es que no se trata de obligarte ni de forzarte.
Se trata de empezar a mirarlo de frente, con comprensión… pero también con decisión.
Porque sí, recuperar la confianza es posible.
Y no, no ocurre por arte de magia.
Ocurre cuando decides dejar de cederle el volante al miedo.
👇 Ahora quiero leerte
¿Qué es lo que más evitas cuando piensas en conducir?
Cuéntamelo en comentarios y empecemos desde ahí.