30/11/2025
Después de la muerte de mi mamá, mi alma y mi mente han estado intentando alinearse. Hay días en los que siento que todo es caos, que no hay salida, y la tristeza parece más grande que yo. Pero he aprendido algo que quiero compartir: incluso en medio de la oscuridad, la gratitud tiene un poder transformador.
No hablo de agradecer solo cuando todo va bien, sino de agradecer aun cuando duele, aun cuando no entiendo nada. Agradecer porque estoy respirando, porque tengo un techo sobre mi cabeza, porque aún hay personas que me acompañan, porque hay momentos pequeños de paz, aunque sean fugaces.
He descubierto que cada vez que hago una pausa y digo algo como:
"Señor, gracias porque estás conmigo. Gracias porque, aunque no entienda todo, no me has soltado. Gracias por darme fuerzas que no sabía que tenía"
mi corazón encuentra un alivio que antes parecía imposible.
También llevo un pequeño diario de gratitud: cada día escribo tres cosas por las que estoy agradecido. No importa si parecen pequeñas o insignificantes, lo importante es entrenar mi mente a buscar lo bueno en medio de lo difícil.
No niego mi dolor ni mis emociones; las siento, las acepto. Pero aprendo a recordar que hay algo más grande que todo esto, algo que me sostiene y me da esperanza. Si estás pasando por un momento difícil, te animo a hacer lo mismo: encuentra algo por lo que agradecer, aunque sea pequeño. Con el tiempo, verás cómo tu mente empieza a ver luz incluso en la oscuridad.