06/11/2025
De tanto en tanto tengo sesiones que me tocan el alma. Porque recupero la esperanza en el corazón de otros seres humanos.
Es fácil encontrar en los niños la esencia de un corazón puro, que mantiene la inocencia, la buena intención y el amor desinteresado.
Todos hemos sido niños, y es de vital importancia recuperar eso que otros, o la vida misma con su dureza, dañaron. Es imperativo.
Reencontrarnos con la capacidad de ayudar y hacer de forma desinteresada.
Con la sorpresa y sonrisa genuina.
Vencer la manipulación, la mentira, jugar con la información, el hablar mal de otros, el echar nuestras carencias y anhelos a las espaldas de quien consideramos mas afortunados, son tendencias que debemos desechar y resolver de una vez por todas.
Necesitamos eliminar de raíz, el concepto de envidia.
Ayer no vi a un niño, vi a un adulto que se está reconstruyendo con el corazón genuino de un niño. Y temblé de amor, gratitud y esperanza.
Cuando te pilles diciendo una frase del estilo a:
"soy tonto, o demasiado bueno", "tengo que espabilarme", "a nadie se le ocurriria actuar así",
trata de recordar que personas como tú, son la esperanza de toda una sociedad.
Son un valor cada vez mas escaso en un mundo que gira entorno al ombligo de cada uno.
Corazones como esos, deben ser cuidados.