Sala Morrissey Cineforum

Sala Morrissey Cineforum Aquí podréis encontrar toda la información sobre la programación de nuestro Cineforum. Salud y buen Cine.

El Cineforum de la Sala Morrissey es un espacio en el que pretendemos ver cine que ya no se ve, intentar comprenderlo y compartir, quien quiera, las impresiones que nos ha producido lo visto. No hace falta ser un experto para disfrutar de una buena película o para opinar sobre lo visto. Pero si te gusta el cine y siempre te has preguntado el porqué de que ese tostón insoportable sea considerado una obra maestra aquí lo puedes descubrir. Seguro que después de entender las claves de la película, como de cualquier otro arte, dejaras de considerarla un tostón.

29/05/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche, martes 29 de mayo, concluiremos con una última proyección la 7.ª temporada del cine fórum de la Sala Morrissey.
Parece mentira pero ya llevamos más de 200 títulos programados y, a pesar de la sensiblemente humilde capacidad de convocatoria de la que hemos hecho gala a lo largo de estos años; personalmente, quiero deciros que me siento satisfechísimo por haber disfrutado de vuestra compañía, de todos y cada uno de los que alguna vez os habéis acercado por este lugar de encuentro y cinefilia, y habéis generosamente compartido vuestras impresiones con los que en ese momento nos encontrásemos intentando sacarle un poquito más de partido a la película que fuese.
Así pues, me quiero despedir -ya que parece que esta vez la despedida será completa-, teniendo un pequeño detalle que sirva de recompensa y homenaje para todos los que hemos formado parte de este estupendo proyecto con el que hemos desarrollado un poco más nuestra sensibilidad estética por el arte cinematográfico y, aunque me esté mal decirlo así, yo he sido el primero en aprender con cada película proyectada de cada intervención en cada uno de los debates que surgieron después.
Y como pretendo que sea una sorpresa para cada uno que quiera acercarse esta noche a cerrar una etapa, fundamental para mí por muchos motivos, solamente os diré que, puesto que mi gusto en cuanto a la selección de tonos y ambientes parece haberse escorado descaradamente hacia el drama en sus más diversas expresiones y tramas -al menos, así lo pretendí-, para compensar un poquito la balanza, esta noche voy a intentar con la película elegida invitaros a que os abandonéis ,espontáneamente por supuesto, a reír y a poder ser a saludables carcajadas con una comedia, quizá algo olvidada, pero que merece revisitarse una vez más y por la que he apostado dejándome llevar por un sincero sentimiento de agradecimiento hacia todos. Os espero para disfrutar quizá una última vez. Hasta pronto. Salud y buen cine.

22/05/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche concluiremos el ciclo dedicado al cineasta neoyorquino John Frankenheimer, hemos recorrido a lo largo de tres meses y trece títulos, los trabajos más señalados de su autor, deteniéndonos más ampliamente en sus cintas de las décadas de los 60 y los 70.
Ya dijimos en diversas ocasiones que se trataba no solo de un homenaje más sino que considerábamos más que necesario devolverle la calidad y dignidad perdidas u olvidadas por la mayor parte del público. Cierto es que su obra completa da muestras de cierta irregularidad, sobre todo en lo que respecta a la década de los 80, aunque, una vez más, hemos de decir que tanto las circunstancias personales de Frankenheimer como su menguada capacidad de seducción hacia grandes proyectos sumadas a la merma notable de la confianza de las productoras en un autor que encadenaba fracaso tras fracaso en taquilla -salvo algunas obras ya reseñadas aquí-, se deberían contemplarse como las sombras que recorren razonablemente una trayectoria, aunque no impecable, sí enteramente digna del mayor respeto y admiración por un talento artesanal al servicio del discurso cinematográfico.
Así pues, clausuramos aquí la séptima temporada del cine fórum de la Morrissey, 'La máquina de déjà vu' y, lamentablemente, la definitiva, con un título más de su filmografía que sí fue valorado por parte de la crítica que supo apreciar los méritos de la misma, a pesar de no tratarse de una obra maestra como las anteriormente visitadas. Me refiero a 'Ronin', producción norteamericana de 1998, rodada en escenarios naturales, en Francia, con un elenco artístico sobresaliente y un guión sólido realizado por otro gran nombre del mundo del cine, David Mamet, quien en esta ocasión, por disensiones con la productora, resolvió firmar su colaboración con seudónimo.
Se trata de un intenso thriller de acción, del género entre el film noir europeo y el policíaco norteamericano de los 70; en cualquier caso, un trabajo de factura técnica espectacular, sin presencia abusiva de efectos especiales, sobre todo en las secuencias de las persecuciones en automóviles por espacios urbanos a velocidades de vértigo, excelentemente planificados y montados bajo las órdenes de alguien que ya había dado muestras sobradas de pericia técnica, cuando allá por los 60 sorprendió a todo el mundo al rodar también en Europa la superproducción de carreras automovilísticas 'Grand Prix'; es de suponer que la fascinación de Frankenheimer por el deporte del motor y los coches de carreras le facilitó la inspiración no sólo para hacer sus pinitos como amateur sino para emplazar las cámaras de forma completamente novedosa hasta la fecha.
'Ronin' presenta una temática en torno al valor de la lealtad y su transgresión por medio de la traición; a este propósito el nombre de la misma proviene de la cultura japonesa, en la cual se designa así a aquellos guerreros que han perdido el honor por no haber sabido defender a sus amos, con lo cual sólo les queda vagar errabundos dedicándose a la mendicidad o alquilándose como mercenarios. Una vez perdido, el honor es ya irrecuperable, además de que semejante lacra forma parte de la herencia familiar. Bajo estas premisas se construye análogamente el grupo de personajes principales, ex agentes especiales de distintas nacionalidades, veteranos y desengañados por los acontecimientos vividos en el pasado durante la Guerra Fría, que son reclamados para realizar una peligrosa tarea, en la que tendrán que volver a poner a prueba lo que mejor saben hacer. Sin embargo, simplemente diremos que se tuercen un poco las cosas...
Este es, más o menos, el planteamiento inicial de esta historia que por lo demás ofrece todas las garantías para pasar un buen rato de entretenimiento y suspense. Creo que es un buen trabajo para terminar la temporada y el ciclo. Os espero para disfrutarlo en vuestra compañía.
En cualquier caso, también quiero recordaros que el broche de oro del cine fórum lo pondremos la semana que viene, con la proyección de una película de la cual no pienso deciros nada para conseguir asegurame una cierta sorpresa para aquellos que queráis acompañarnos el último día.
Salud y buen cine.

15/05/2012

Saludos, cinéfilos. Vamos llegando a la meta de nuestro recorrido fílmico alrededor de la figura del virtuosísimo realizador neoyorquino John Frankenheimer, a quien hemos dedicado nuestro último ciclo del cine fórum. Esta noche, martes 15 de mayo, el título seleccionado es "Septiembre negro", un thriller político de intriga y acción del año 1977 que levantó a duras p***s el ya por entonces maltrecho prestigio de su autor, quien acabó por entrar en una fase depresiva potenciada por las secuelas de un consumo excesivo de alcohol. A pesar de lo dicho, la cinta es una obra realmente entretenida que merece la pena revisitar. Basada en una novela de Thomas Harris, más conocido como el autor de "El silencio de los inocente", de donde salió el ya inmortal Hannibal Lecter, mejora con creces el relato con una apuesta visual magnífica por su dirección artística, planificación, guión y montaje; además de las memorables interpretaciones de sus principales protagonistas: el malogrado Robert Shaw y el siempre inquietante Bruce Dern, junto con Martha Keller, una actriz de menor reconocimiento en cuanto a sus dotes artísticas, pero que resuelve bastante bien el compromiso de encarnar a una fanática espía del movimiento terrorista palestino conocido como 'Septiembre negro', de ominoso recuerdo por los terribles sucesos acaecidos durante las Olimpiadas de 1972 en Munich, de los que Spielberg ofreció su particular mirada en la aclamada película del mismo nombre.
Así pues, os puedo garantizar un buen rato de entretenimiento con esta muestra del buen cine de acción que se hacía antes, en la que, como siempre sucede con Frankenheimer, comprometido cineasta de tendencias izquierdistas, se aprovecha para suscitar la reflexión y poner en el punto de mira de su cámara, mediante el desarrollo de la anécdota, a objetivos de mayor calado y repercusión internacional por su responsabilidad moral preexistente, frente a aquellos que adoptan medidas tan drásticas como las de la masacre que perpetran las dos almas tortuosas que protagonizan este relato. Os espero.

08/05/2012

Saludos, cinéfilos. Lo primero que he de deciros, antes de que lo olvide, es que, si todavía estáis con ganas, puedo confirmaros que podríamos estirar la temporada hasta acabar el presente mes de mayo, por motivos que no vienen al caso. Si es de vuestra apetencia, yo estaría encantado de añadir algún título más al ciclo de Frankenheimer. Y, quizá, pudiera sacarme alguna sorpresa de la manga para el último martes. Ya se verá.
Mientras tanto, seguimos con nuestra programación prevista. Esta noche, martes 8 de mayo, a la hora habitual, proyectaremos 'French Connection II', una más que digna secuela del gran éxito de Hollywood 'The French Connection', que en el año 1971 encumbró a su realizador, el norteamericano William Friedkin, y fue reconocida con cinco premios Oscar de la Academia, de los cuales, el de la mejor interpretación masculina fue para Gene Hackman, por su más que convincente recreación del rudo, pendenciero y terco detective de narcóticos Jimmy 'Popeye' Doyle.
Sin embargo, a pesar de que la Fox vio las posibilidades de lucrarse con la continuación, puesto que el final de la primera quedaba ampliamiente inconcluso, Friedkin desestimó la posibilidad de encarar el nuevo proyecto, y los directivos contemplaron la posibilidad de ofrecérselo a Frankenheimer, quien a la sazón hablaba con solvencia el francés y conocía bastante bien el lugar en el que supuestamente se retomaba la caza al narcotraficante Alain Charnier, encarnado con gran inspiración por parte de nuestro inmortal Fernando Rey; ya que la acción en esta ocasión se situaría en el centro neurálgico del operativo liderado por Charnier, en Marsella, puerto geoestratégico para el comercio de importación y exportación de mercancías tales como la he***na, la droga dura reina en aquellos años 70.
Pues bien, Frankenheimer necesitaba validarse de nuevo frente al público y las productoras, así que cuando, le ofrecieron este proyecto junto con su elevado presupuesto, se involucró más todavía valientemente en ofrecer su talento y valía al servicio de este drama policial que goza de sus propios méritos, además de la que quizá sea una de las más brillantes interpretaciones de su protagonista, de nuevo un Gene Hackman en estado de gloria. Así pues, os espero para disfrutarla en vuestra compañía.
Salud y buen cine.

01/05/2012

En concreto, empezaremos alrededor de las 21.00 horas. Salud y buen cine.

01/05/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche nos adelantamos media hora debido a la duración de la película seleccionada para continuar con el ciclo de homenaje que venimos dedicando desde hace semanas al director John Frankenheimer, uno de los máximos exponentes de aquella generación de la televisión norteamericana.
La cinta elegida se titula 'The Iceman Cometh', la cual se ha traducido como 'El repartidor de hielo' y, a pesar de que su metraje se acerca casi a las tres horas, he de decir que no es esta ni con mucho su auténtica extensión, ya que, se trata de una versión cinematográfica de una de las obras dramáticas más importantes del teatro norteamericano, y cuyo lanzamiento en DVD en el mercado estadounidense respeta el texto original, que se alarga hasta las cuatro horas.
En concreto se trata de una de las obras cumbre del talentoso y tortuoso Eugene O'Neill, premio Nobel en 1936, de la cual Frankenheimer recibió el encargo de su realización. Fue por obra y gracia del productor independiente de cine y televisión Ely Landau, quien allá por el año 73 quiso sacar adelante un precioso proyecto a través del cual acercar al público las obras fundamentales del teatro contemporáneo adaptadas al lenguaje cinematográfico con productos bien realizados y con nombres artísticos de primera fila.
Esta empresa pudo sacar a la luz, durante dos temporadas, hasta catorce títulos de dramaturgos imperecederos como Edward Albee, Eugene Ionesco, Harold Pinter, Jean Genet, etc.) y, en concreto, la recreación artística del drama de O'Neill fue magistralmente llevado a las pantallas de las manos de un Frankenheimer especialmente conectado con tal desafío.
La puesta en escena, la planificación, el montaje, la fotografía y la que con mucho pueda ser la mejor expresión actoral de Lee Marvin, Robert Ryan y Fredrich March, acompañados de un tan joven talento como era en aquel momento Jeff Bridges, un valor en alza, son estímulos suficientes para despertar en cualquier aficionado la curiosidad suficiente para disfrutar de su visionado. Dicho lo cual, recordándoos que estamos a las puertas de expirar nuestro último aliento, os invito a que viváis esta experiencia conmigo en nuestro cine fórum de la Morrissey. Os espero.

24/04/2012

Saludos, cinéfilos. Nos encaminamos hacia la recta final -y esta vez lo será absoluta e irremediablemente-, de nuestro cine fórum y del ciclo que venimos dedicando desde hace un par de meses al también injustamente tratado cineasta neoyorquino John Frankenheimer.
El filme seleccionado para esta noche, que proyectaremos a la hora habitual, es "Orgullo de estirpe", infausto título objeto de invención por vaya usted a saber quién, que debió conservar su correlato original, "The horsemen", mucho más sugerente y acertado con respecto a su contenido.
Frankenheimer se prendó en Afganistán de aquella sociedad medievalizada y detenida en el tiempo y, sobre todo, de la práctica de una competición ancestral en la que había que demostrar fiereza, pericia y brutalidad para conseguir la victoria, una peligrosa práctica que recibía el nombre de 'buzkashi'. Más tarde se toparía con la novela 'Les cavaliers' del novelista judeo-francés Joseph Kessel ambientada en aquellas latitudes de Asia central, que narraba una historia de dimensiones existenciales en torno al conflicto generacional entre un patriarca venerado por todos y su joven primogénito, sacudido por la zozobra de quedar a la sombra de aquél y vivir con el estigma de mostrarse digno sucesor del mismo. Esta vez, la producción fue larga, costosa y llena de dificultades, para que, además finalmente la Columbia, que había financiado este proyecto, maltratara promocionalmente las posibilidades comerciales de la cinta, que se convirtió en un cuarto fracaso encadenado de su autor en aquellos finales años sesenta y comienzo de la nueva década.
Sin embargo, desde aquí queremos reivindicar tanto la figura de Frankenheimer como la de este valioso trabajo que por muchos motivos merece la pena ser contemplado y apreciado para un mayor conocimiento del arte cinematográfico de su autor.
El guión fue obra del rehabilitado Dalton Trumbo, con quien ya había contado para El hombre de Kiev (1968), la brillantez técnica de las secuencias a campo abierto merece ser ponderada, y el trabajo interpretativo de Omar Shariff y Jack Palance en sus roles principales, como vástago y patriarca, también es digno de reconocimiento.
La historia, como venía siendo habitual en las tesis e inquietudes formalizadas en sus trabajos más personales de la década anterior, viene a ser una recurrente reflexión acerca de la aniquilación o, a veces, aislamiento existencial al que queda expuesto el hombre después de un proceso de aprendizaje interior que le aparta de la sociedad, tras haber pecado contra esta o contra sí mismo y de haber sufrido una oportunidad de redimirse con las irremediables consecuencias que tal elección conlleva.
Ya perdonaréis que hoy me haya extendido más de la cuenta. En cualquier caso, si venís, podréis juzgar por vosotros mismos. Os espero.

17/04/2012

Saludos cinéfilos. Esta noche, martes 17 de abril, en el ciclo que venimos dedicando al cineasta de la generación de la televisión norteamericana, proyectaremos el que ha sido considerado por la crítica como su mejor trabajo, "Yo vigilo el camino", título del año 1970; con un maduro y magnífico Gregory Peck acompañado de la belleza y juventud de Tuesday Weld, junto con grandes nombres secundarios que dotan de enorme solvencia la dimensión actoral de la cinta.
Esta vez, Frankenheimer, de manera similar al título anterior, nos sumerge de lleno en las vida de un personaje atrapado en una pequeña población del profundo Sur de los EEUU. Un sheriff, cuyo hastío vital le conduce irremediablemente a la alienación más degradante y mortificadora, ve cómo un soplo de aire fresco entra por sorpresa en su fracasada existencia en forma de atractiva jovencita, de tal forma que, el hasta entonces inflexible representante de la ley verá tambalearse no sólo los principios éticos más elementales, que hasta entonces precisaban en qué lado situarse; sino que comprometerá mucho más que su cargo por perseguir de manera casi enfermiza una última oportunidad de redención. En fin, es una de las obras más intimistas y desoladoras de su autor y ,al mismo tiempo, una de las más bellas y formal y estilísticamente mejor filmadas en cuanto al trabajo de depuración y de contención en determinados subrayados y otros elementos de énfasis, que en esta película quedan notablemente difuminados. Es un trabajo de gran madurez y espero disfrutarlo de nuevo con todos vosotros. Os espero.

10/04/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche, martes 10 de abril, recuperamos otro de los títulos fundamentales del cineasta de la generación de la televisión norteamericana, el neoyorquino John Frankenheimer. Me refiero a 'Los temerarios del aire'; su título original es bastante más sugestivo, en realidad -como suele suceder casi siempre con las traducciones de obras fílmicas-, ya que "The Gypsy Moths", es decir, 'Las polillas gitanas' (entendiendo por gitanas, errantes o nómadas), acierta con mayor sutileza a la hora de cifrar la referencia a esta historia de perdedores del año 69.
Se trata de la última colaboración del cineasta con Burt Lancaster, quien se reúne -16 años después de aquella mítica secuencia en las playas hawaianas en 'De aquí a la eternidad'-, con una Deborah Kerr en estado de gracia; ambos dos acompañados por un Gene Hackman que ya llevaba unos años asombrando con su talento y virtudes interpretativas.
La trama gira en torno a tres individuos de diferentes edades que comparten una misma forma de vida, la acrobacia en paracaídas, a lo largo y ancho del país; sin embargo, la asunción del inevitable riesgo es interiorizada con actitudes bien diferenciadas entre ellos. El relato se inicia con la llegada del grupo a una pequeña población de la América profunda, en el medio oeste, Malcolm (Scott Wilson) el más joven de los tres, sirve de conexión entre este colectivo del que forma parte indisociable y aquel otro que representa al vínculo familiar y al cual, a pesar de los años, ha mantenido vivo en los recuerdos de su más tierna infancia; a este último pertenece su tía carnal, quien nos transmitirá otro testimonio de fracaso existencial, complementario al que vive el más veterano del grupo de los acróbatas, un maduro y enigmático Lancaster en otro de sus grandes trabajos de contención interpretativa.
Podría añadir mucho más, pero prefiero que juzguéis por vosotros mismos y lo compartáis esta noche con nosotros. Os espero, quizá descubramos juntos por qué este filme y 'Yo vigilo el camino' -el que le sigue cronológicamente y que veremos la próxima semana-, componen un díptico especialmente reconocido por la crítica y que acerca mostrativamente el estilo narrativo de Frankenheimer a las propuestas formales de Ingmar Bergman.

03/04/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche, martes 03 de abril, en plena Semana Santa, proyectaremos en nuestro ciclo dedicado al cineasta neoyorquino John Frankenheimer, otro de sus memorables títulos de los años 60, me refiero a "El hombre de Kiev", película que, sin habérnoslo propuesto, encaja perfectamente por su contenido e intención con el espíritu religioso de las fiestas que celebramos.
Quiero decir que esta vez la propuesta gira en torno al calvario y persecución que sufre un humilde judío soviético en la Rusia zarista, lector de Baruch Espinoza, que se verá sojuzgado por el sistema y tratado con crueldad y violencia durante tres años por una instituciones estatales carcelarias que tratarán de que confiese unos crímenes que justifiquen la dureza de tal conducta represora; aunque, por otra parte, se dé la circunstancia de que nuestro sufrido protagonista jamás tomara parte alguna en la ejecución de los mismos.
Con actores británicos excelentes de más que brillante carrera y reputación (Alan Bates, Dirk Bogarde entre los primeros), Frankenheimer se interesó esta vez por una novelita publicada ap***s unos años antes de otro judio neoyorquino, Bernard Malamud, quizá menos conocido que Norman Mailer, cuya novela The Fixer ("El reparador") fue adaptada ni más ni menos que por el mismísimo y censuradísimo Dalton Trumbo, alguien que comprendía perfectamente lo que suponía ser acosado y perseguido por un sistema reaccionario y represivo hasta extremos tan absurdos como grotescos. Y así es la narración de esta adaptación, por otro lado de considerable fidelidad al texto original, pero con un discurso formal que manifiesta el interés de su autor por mostrar, desde la ironía del guión y desde la planificación y angulación de determinadas secuencias, la deformidad de la injusticia a la que se verá sometido el reparador y librepensador que da nombre a esta historia. Os espero como cada semana para un sano y estimulante debate en vuestra compañía.

27/03/2012

Saludos, cinéfilos. Esta noche, martes 27 de marzo, a eso de las 9.30 horas, y siguiendo con el ciclo dedicado a John Frankenheimer, proyectamos el último de sus magníficos trabajos de la década de los 60. Una gran superproducción apreciada indiscutiblemente por toda la crítica y que va aumentando su consideración por enteros a pesar de los más de cuarenta años que nos distancian de su exhibición. Se trata de una colaboración más entre el actor y aquí productor Burt Lancaster y el 'enfant terrible' de la generación de directores salidos de la televisión norteamericana, en un momento de madurez profesional de ambos, y tras despedir el uno a Arthur Penn -entendemos que por desavenencias con respecto al espíritu del filme-; el otro obtuvo unas prerrogtativas que dieron como resultado incluso el hecho de firmar con su propio nombre el titulo de la cinta. Se trata de una historia basada en hechos reales acerca del sacrificio de los operarios del ferrocarril francés, quienes en colaboración con la resistencia y los partisanos, tuvieron en jaque en diversas ocasiones a toda la maquinaria n**i del III Reich, a lo largo del período en que se produjo la ocupación de Francia y, como en el marco histórico de esta película, los últimos días de la presencia de los alemanes en París, antes de la inminente llegada de las fuerzas aliadas que liberarían pocos días después la capital cultural de Europa. La anécdota, a grandes rasgos, podría resumirse de la siguiente forma: un coronel alemán del ejército de Hi**er, aspira a poder llevarse consigo las grandes obras de la pintura francesa y europea que constituyen el patrimonio esencial de la nación ocupada y, de alguna forma, representan el espíritu y el orgullo de la nación, sus motivaciones parecen ser algo más que materiales, de manera que una cierta dialéctica de dimensiones éticas se establecerá entre su actitud y proceder y la de quien, desde el otro lado de la guerra, se enfrentará a él para frustrar su intento de fuga y expolio. El funcionario del ferrocarril, Paul Labiche, un gigantesco Burt Lancaster, conocedor de su oficio que despliega todo su ingenio y nos regala una composición actoral en la que sus más que sobresalientes cualidades físicas se aprovechan hasta la extenuación. Y, detrás de todo ello, la maestría técnica y la mirada de un autor genial, deudor del cine de Welles, que nos ofrece un trabajo impecable en su puesta en escena, planificación e inclinaciones de cámara, dirección de actores, fotografía pseudodocumental en blanco y negro, con la banda sonora del gran Maurice Jarre y premiada en su año al mejor guión adaptado. Una maravilla del cine bélico con trama de intriga y suspense que, no por ello, deja de ofrecernos una reflexión más que interesante acerca de la valoración del arte frente a la consideración que merece la vida humana. Os espero para disfrutarla juntos.

20/03/2012

Saludos, cinéfilos. Hoy, martes 20 de marzo, proyectaremos a la hora acostumbrada otro interesante título de Frankenheimer, a medio camino entre el thriller de intriga y la ciencia-ficción, que se adelanta unos cuantos años a planteamientos que han interesado más recientemente a tantos cineastas considerados innovadores. Me permito añadir aquí una crítica ajena, pidiendo disculpas de antemano tanto a quien lea esta reseña como al autor del que me sirvo para ello. Este fin de semana ha sido de trabajo exhaustivo y no tengo tiempo para más. Espero que podáis disculparme. Gracias por vuestro tiempo. Un hombre de negocios con una vida rutinaria recibe la llamada de un amigo supuestamente fallecido. Al poco tiempo, recibe una oferta singular: una empresa le ofrece “renacer”, proporcionándole la vida que siempre había deseado.

«John Frankenheimer ya había mostrado la aberración que deriva de una mala aplicación del conocimiento científico en “El Mensajero del Miedo” (The Manchurian Candidate, 1962). Con “Plan Diabólico”, basada en el libro de David Ely, el director nos sumerge de nuevo en su visión pesimista del progreso y en el de una sociedad abocada a la pérdida de referencias.
Es una cinta arriesgada, con diálogos fríos y personajes que parecen inacabados. Pero por otro lado son los mismos elementos los que le dan consistencia a la película, porque el pesimismo que Frankenheimer nos quiere transmitir sobre nuestro futuro es así: frío e incompleto.
La película está protagonizada por un excelente Rock Hudson, alejado ya de los papeles de galán y supermacho, interpretando a un hombre en la cincuentena que se ve transtornado por un súbito cambio de vida. Le acompañan una desconocida Salome Jens y un contrastado John Randolph. La película fue nominada a la mejor fotografía en blanco y negro
No recomendable para los que buscan un cambio drástico en su vida.
Óscar ARA»

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Zaragoza
50006

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