06/11/2025
El sueño y el estado de ánimo: una relación bidireccional
Dormir bien no solo es una cuestión de descanso físico: es fundamental para nuestro equilibrio emocional y mental. Durante el sueño, el cerebro reorganiza la información, procesa las emociones y regula los neurotransmisores que influyen en el bienestar, como la serotonina y la dopamina.
Cuando dormimos poco o mal, el sistema límbico —la parte del cerebro que gestiona las emociones— se vuelve más reactivo. Esto nos hace más propensos a sentir irritabilidad, ansiedad o tristeza ante situaciones cotidianas. Además, la falta de sueño disminuye la capacidad de la corteza prefrontal para controlar esas respuestas emocionales, lo que agrava los cambios de humor.
Con el tiempo, la privación de sueño puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de trastornos del estado de ánimo como la depresión o la ansiedad.
Algunos hábitos que ayudan:
1.Mantener horarios regulares de sueño.
2. Evitar pantallas y cafeína antes de dormir.
3. Crear un ambiente tranquilo y oscuro en el dormitorio.
4. Dedicar el final del día a actividades relajantes.
Dormir no es un lujo, es una necesidad psicológica. Cuando el sueño mejora, también lo hace el ánimo, la atención y la capacidad de disfrutar del día.