29/07/2025
Esta foto fue hace años, no imaginé que una simple idea podía convertirse en un proyecto.
El síndrome del impostor estuvo ahí desde el inicio, lo que me impulsó fue transformar el miedo en motor. Pensé que no tenía nada que perder, hoy me doy cuenta de que lo que realmente estaba en juego era perderme a mí misma si no lo intentaba.
El síndrome del impostor nos hace creer que vamos tarde, que el tiempo no nos va a alcanzar para lograr el éxito y nos roba la capacidad de disfrutar lo que ya hemos logrado.
La vida es un instante, buscar constantemente “más” puede hacer que nos perdamos de lo esencial: el presente, el comienzo y el disfrutar.
A veces, el miedo a no lograrlo es justo lo que nos impide empezar. Realiza eso que sabes que puedes hacer, aunque esa voz interna quiera detenerte, permítete disfrutar, incluso con miedo.
Si no funciona, no perdiste, abriste la puerta a algo que sí puede funcionar 🧠✨️