01/10/2025
Cortisol: la hormona que te engorda cuando el estrés se vuelve crónico
El papel del cortisol
El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales. Su función principal es ayudar al cuerpo a responder al estrés, movilizando energía rápidamente: aumenta la glucosa en sangre, eleva la presión arterial y prepara al organismo para la acción.
En situaciones agudas, el cortisol es útil y necesario. Pero cuando se mantiene elevado por estrés crónico, ansiedad o falta de descanso, empieza a tener efectos negativos en el metabolismo.
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¿Por qué engorda el cortisol?
1. Aumenta el apetito y los antojos
El cortisol estimula áreas cerebrales que buscan “recompensas rápidas” → pan, dulces, grasas, alcohol.
Esto se traduce en comer más y peor.
2. Acumula grasa abdominal
El exceso de cortisol dirige la grasa hacia la zona visceral (vientre), asociada a inflamación, hígado graso y riesgo cardiovascular.
3. Bloquea la quema de grasa
Al mantener la glucosa elevada, el cuerpo “guarda” la grasa como reserva en lugar de quemarla.
4. Altera la insulina
El cortisol sostenido favorece la resistencia a la insulina, dificultando bajar de peso aunque se cuide la dieta.
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Analogía: el guardia de seguridad exagerado
Imaginemos que el cortisol es como un guardia de seguridad en un edificio.
• Cuando hay un peligro real, abre las bodegas de energía (glucosa) para que todos puedan correr o defenderse.
• Pero si el guardia cree que siempre hay peligro, nunca cierra esas bodegas: la comida se acumula en los pasillos (tejidos), se guarda en lugares equivocados (grasa abdominal) y el edificio se vuelve caótico (inflamación, sobrepeso, cansancio).
El problema no es tener al guardia, sino que no sabe cuándo bajar la guardia.
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Cómo regular el cortisol sin fármacos
• Homeopatía reguladora: remedios como Nux vomica, Calcarea carbonica, Lycopodium, Natrum muriaticum u otros seleccionados según el biotipo, ayudan a equilibrar el terreno metabólico, disminuir la ansiedad y mejorar la capacidad adaptativa.
• Neuromodulación no invasiva: estimulación vagal, coherencia cardíaca o dispositivos como DENAS PCM regulan la respuesta autonómica, bajando la hiperactividad simpática y con ello la secreción de cortisol.
• Hábitos simples: respiración profunda, sueño reparador, exposición a la luz natural y ejercicio moderado son aliados directos para normalizar esta hormona.
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Conclusión
El cortisol no engorda “por sí mismo”, sino porque al permanecer crónicamente elevado, altera el apetito, la insulina y el almacenamiento de grasa.
Es como un guardia de seguridad que no descansa y convierte al cuerpo en un depósito de reservas que nunca se usan.
Regular el cortisol con homeopatía y neuromodulación no invasiva permite apagar la falsa alarma, mejorar el metabolismo y recuperar la capacidad natural de mantener un peso sano.