Psicólogo Ariel Wilson

04/12/2025

Moverse genera salud.
Quedarse quieto, de forma prolongada, genera enfermedad.

El cuerpo humano no fue diseñado para el reposo constante, sino para el movimiento. Cuando usted se mueve, activa el cerebro, regula las emociones, reduce la inflamación y mejora el funcionamiento del sistema inmunológico. El movimiento es una señal biológica de vida.

En cambio, el sedentarismo envía otro mensaje: enlentecimiento metabólico, aumento del estrés, rigidez física y mental. No solo se afecta el cuerpo, también se deteriora la mente.

No es necesario hacer todo perfecto ni entrenar de forma extrema. Caminar, estirarse o moverse de manera consciente ya es una inversión directa en salud.

Moverse es autocuidado.
Permanecer estancado, aunque parezca inofensivo, es permitir que el cuerpo se apague poco a poco.

Hoy, aunque sea un poco: muévase.

02/12/2025

01/12/2025

Cuando entrenás y sudás, tu cerebro libera endorfinas, dopamina y serotonina, neurotransmisores clave para regular el estado de ánimo, la motivación y el placer. Al mismo tiempo, disminuye el cortisol, la hormona del estrés crónico que mantiene al cerebro en “modo amenaza”.

Desde la neurociencia, el movimiento es una señal clara para el sistema nervioso: estoy a salvo, tengo control, puedo avanzar. Cada sesión de ejercicio fortalece circuitos neuronales asociados a la regulación emocional, la autoestima y la resiliencia.

No es magia, es biología. Mover el cuerpo no reemplaza toda ayuda clínica, pero sí activa uno de los antidepresivos más potentes que tenemos de forma natural.

Sudar es medicina. Movimiento es neuroregulación. Y el primer paso siempre empieza con el cuerpo.

29/11/2025

29/11/2025

27/11/2025

Cuando te ejercitás por la mañana no solo estás moviendo el cuerpo, estás entrenando tu cerebro.

En los primeros minutos, al cerebro no le gusta el cambio. La amígdala busca ahorro de energía y te manda señales de pereza o resistencia. Eso no es falta de disciplina: es biologicamente normal. Pero cada vez que igual te levantás y empiezas activás la corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada del autocontrol, la toma de decisiones y la constancia.

Con el movimiento liberás dopamina, serotonina y endorfinas. No para estar “feliz”, sino para regular el ánimo, mejorar el enfoque y disminuir el ruido mental. El ejercicio es una forma directa de decirle a tu sistema nervioso (mente): estoy a cargo.

No se trata de ganas, se trata de hábitos. Cada repetición que hacés hoy fortalece circuitos neuronales que mañana harán el esfuerzo más automático. Eso es neuroplasticidad en acción.

Hoy no entrenás solo músculos. Entrenás disciplina, regulación emocional y resistencia mental.
Empieza lento, pero empieza. Tu cerebro aprende cuando le demuestrás que cumplís, incluso cuando no hay ganas.

26/11/2025

Ejercitarse no es fácil. Implica un esfuerzo que debe aparecer justo cuando menos ganas tenemos. Hay días en los que toca hacerlo con pereza, con desánimo o simplemente sin querer, pero hacerlo igual es lo que nos hace avanzar. A veces el deber tiene que ir primero que el deseo, porque así es como empiezan a llegar los resultados.

Y esto no solo pasa con el cuerpo: también ocurre con la mente. A algunas personas se nos hace más fácil exigirle al cuerpo que enfrentar lo que nuestra cabeza necesita; en otras sucede al revés. Crecer es aprender a entrenar ambas cosas. Y aquí, al menos, ya empezamos a entrenar una. 😊

21/11/2025

Herida de abandono. Surge ante el pensamiento de perdida constante. ¿Te animas a averiguar el por que de esto?

21/11/2025

¿Te animas a averiguarlo? 😊

21/11/2025

Mis alumnos son mi mayor inspiración. En un mundo donde a veces cuesta creer en la humanidad, ellos me renuevan la fe cada día. Si a su época la llaman generación de cristal, yo estoy seguro de que son el cristal más valioso y fuerte: sensibles, resilientes y llenos de luz.

19/11/2025

No tienes que ser bueno en todo. Solo necesitas encontrar una cosa, esa sola cosa, en la que puedas ser excelente. Ahí es donde tu vida empieza a cambiar.