14/11/2025
Manifiesto para Poder Ser en el Mundo
Nosotras y nosotros queremos vivir.
No sobrevivir en instituciones, centros de respiro ni lugares donde otros deciden por nosotras y nosotros. No queremos que se nos aparte del mundo bajo el pretexto de protegernos o cuidarnos. Queremos vivir en el mundo, con las demás personas, con nuestras propias decisiones, cuerpos y deseos.
Nosotras y nosotros queremos salir, explorar, amar, trabajar, estudiar, reír y también llorar. Queremos equivocarnos y volver a intentarlo, porque la vida independiente no significa vivir en soledad: significa tener la posibilidad de elegir cómo y con quién vivir.
Somos barro, soplo, carne y sudor.
Hechas y hechos de la misma materia que todas las demás personas. No somos objetos de asistencia ni cuerpos por reparar. Somos vidas que laten, que sueñan, que sienten. Poetizamos con las manos, entendemos con la piel, leemos con el tacto. Queremos que se reconozca nuestra humanidad entera, no solo nuestras carencias o limitaciones.
Las leyes y los principios de justicia establecen que todas las personas, sin importar su condición, tenemos el mismo valor y la misma libertad para vivir en la comunidad, formar parte de ella y recibir los apoyos necesarios para hacerlo en igualdad de condiciones.
Los apoyos para la vida independiente no son un privilegio ni una carga para el Estado: son una condición para ejercer la libertad, para vivir con dignidad y participar plenamente en la sociedad.
Nosotras y nosotros queremos apoyos personales, comunitarios y accesibles que nos permitan tomar decisiones, movernos por la ciudad, comunicarnos, participar, trabajar, amar.
Apoyos que acompañen, no que sustituyan. Que fortalezcan, no que controlen.
La dependencia no define quiénes somos. Es una etiqueta que nos imponen para justificar nuestra exclusión, para mantenernos en instituciones, centros de rehabilitación o espacios cerrados, lejos de la vida cotidiana.
Nos llaman dependientes cuando lo que realmente falta son los apoyos y servicios comunitarios que permitirían que todas las personas —con o sin discapacidad— vivamos de manera libre y plena.
Nosotras y nosotros queremos un sistema de apoyos y cuidados que no nos aparte del mundo, sino que nos devuelva a él. Un sistema que entienda que todas las personas necesitamos a otras, pero que ninguna debe ser privada de su autonomía, de su deseo, de su posibilidad de decidir.
Queremos un mundo donde se entienda que la independencia no es aislamiento, sino el derecho a decidir con quién compartir la vida, cómo participar en la comunidad y cómo ejercer la libertad.
Este manifiesto es un llamado:
• A los gobiernos, para que garanticen sistemas de apoyo dignos, sostenibles y centrados en las personas.
• A las comunidades, para que derriben las barreras y los prejuicios.
• A las familias, para que nos impulsen a poder ser en el mundo, acompañándonos sin sustituirnos, confiando en nuestras capacidades y en nuestro derecho a decidir.
• A la sociedad, para que nos vea no como sujetos de cuidado, sino como sujetos de derechos.
• Y a cada persona, para que reconozca en sí misma la interdependencia que nos une a todas y todos.
Nosotras y nosotros queremos vivir plenamente, g***r de nuestros cuerpos, sufrir con los otros, crear, fallar y empezar de nuevo.
Queremos ser parte del mundo, no su excepción.
Porque la vida independiente no es un sueño: es nuestro derecho.