18/11/2025
A veces se nota en la respiración.
En ese n**o en el estómago que aparece sin avisar.
En la mirada que busca señales de seguridad.
Pero por dentro… lo que late es otra cosa: miedo.
Miedo a perder un vínculo que te importa.
O miedo a quedarte atrapada en una relación donde ya no puedes respirar.
A veces ambas cosas a la vez.
💭 La ansiedad relacional no nace de la nada.
El cuerpo recuerda lo que la mente intenta olvidar:
los vínculos que dolieron,
las veces que te adaptaste para no ser abandonada,
los momentos en que callaste para no “liarla”,
para no parecer “demasiado”,
para no perder aquello a lo que te aferrabas.
Esa memoria queda en los tejidos, en el pulso, en la piel.
Y cuando hoy amas…
esas huellas también hablan.
🌿 No es debilidad.
Es tu cuerpo protegiendo lo más valioso para él: el vínculo.
Es tu historia pidiendo comprensión, no juicio.
Es tu sistema nervioso intentando mantenerte a salvo… incluso cuando ya no estás en peligro.
Sentir no te hace frágil: te hace humana.
Tu historia merece espacio, escucha y cuidado.