15/10/2025
El sentido de la vida como construcción narrativa (constructivismo y psicología narrativa)
Desde la perspectiva constructivista (Bruner, 1990; Neimeyer, 2001), el sentido de la vida no se “descubre”, sino que se construye narrativamente a través de los relatos que una persona elabora sobre sí misma.
No existe un “significado universal” de la vida, sino estructuras de sentido que permiten integrar experiencias dispares en una narrativa coherente.
Esto implica que el sentido no es algo estable ni necesariamente positivo: puede incluir el sufrimiento, la pérdida o la contradicción. Lo importante no es que el relato sea “feliz”, sino que sea internamente coherente y funcional para el yo.
El vacío existencial como fenómeno normativo (logoterapia y existencialismo psicológico)
Viktor Frankl (1946) y los enfoques existenciales posteriores señalan que el vacío existencial no es una falla psicológica, sino una condición inherente a la conciencia humana.
En lugar de evadir ese vacío mediante optimismo o distracción, la psicología existencial sugiere aceptarlo como un dato estructural de la existencia.
El sentido surge precisamente del acto de confrontar el absurdo y decidir, aun sin garantías, qué vale la pena sostener.
Desde esta mirada, el sufrimiento no tiene que justificarse con frases como “todo pasa por algo”, sino que puede revelar la libertad del sujeto para otorgar significado incluso a lo que carece de él.
El sentido como autorregulación y coherencia interna (teoría de la autodeterminación y psicología cognitiva)
Según la teoría de la autodeterminación (Deci & Ryan, 2000), el bienestar y el sentido de vida emergen cuando las conductas están alineadas con las necesidades psicológicas básicas: autonomía, competencia y vinculación.
El sentido, entonces, no proviene de “pensar en positivo”, sino de la coherencia entre los valores personales y la acción concreta.
Cuando esa coherencia se quiebra (por presión externa, alienación laboral o normas culturales impuestas), aparece el sinsentido, no como un fallo moral, sino como una señal de desajuste entre el sujeto y su contexto.
El sinsentido como espacio de transformación (enfoque dialéctico y terapia de aceptación y compromiso - ACT)
Desde la psicología contextual (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999), el sufrimiento por falta de sentido no debe eliminarse, sino recontextualizarse.
El dolor existencial puede ser un indicador de valores no satisfechos y una oportunidad para redefinir prioridades vitales.
El objetivo no es encontrar un “propósito grandioso”, sino vivir de manera congruente con lo que se considera valioso, incluso en medio del absurdo o la incertidumbre.
ACT propone que la flexibilidad psicológica, no la felicidad, es el verdadero indicador de una vida significativa.
El sentido como fenómeno intersubjetivo (psicología cultural y relacional)
Desde la psicología cultural (Markus & Kitayama, 1991) y la teoría del apego (Bowlby, 1980), el sentido no surge en el vacío individual, sino dentro de redes de relación y reconocimiento.
El individuo no busca un sentido “propio” en aislamiento, sino un lugar de pertenencia simbólica donde su existencia tenga relevancia para otros.
El sentido de vida, por tanto, se configura en la intersubjetividad, no en la introspección narcisista ni en la autoafirmación vacía del discurso motivacional.
Conclusión
Desde un punto de vista psicológico serio, el sentido de la vida no es un eslogan ni una promesa de plenitud.
Es un proceso dinámico, conflictivo y contextual, donde el individuo negocia significados, enfrenta el vacío y busca coherencia con sus valores en interacción con los otros.
El sentido no se encuentra en la positividad, sino en la capacidad de sostener la ambigüedad y seguir actuando con intención dentro de un mundo que no ofrece respuestas definitivas.
Y tú... Qué opinas?