Angeles Garza. Psicóloga

Angeles Garza.   Psicóloga Maestría en DESARROLLO TRANSPERSONAL

Diplomados :
Universidad Pontificia
Psicóloga Budista
EeDT ESCUELA ESPAÑOLA DE DESAROLLO TRANSPERSONAL

Psicoterapeuta
PREVIA CITA

¡Un saludo especial a mis nuevos fans en ascenso!Coco De la Rosa
20/09/2025

¡Un saludo especial a mis nuevos fans en ascenso!

Coco De la Rosa

Algo bonito para hoy ! 🐶 ❤️En su entrenamiento, estos perros de asistencia también aprenden a comportarse viendo un musi...
19/09/2025

Algo bonito para hoy ! 🐶 ❤️

En su entrenamiento, estos perros de asistencia también aprenden a comportarse viendo un musical.

En Canadá ocurrió una escena que sorprendió al público: varios perros de asistencia sentados en las butacas de un teatro mientras se desarrollaba un musical. Lejos de ser un espectáculo aparte, formaba parte de su proceso de formación.

Estos animales, destinados a acompañar a personas con discapacidades, necesitan entrenarse para comportarse con calma en cualquier entorno. Por eso, sus guías los llevaron al Teatro Festival de Stratford, en Ontario, para presenciar la obra Billy Elliot: The Musical.

El ejercicio consistía en mantener la concentración pese a los aplausos, las luces, la música y los movimientos sobre el escenario. Y lo lograron: permanecieron quietos, atentos y sin distraerse, como si fueran espectadores habituales.

Con actividades como esta, los perros aprenden a desenvolverse en situaciones reales, de modo que cuando acompañen a sus futuros dueños puedan estar a su lado sin importar dónde se encuentren.

La imagen de los canes en el teatro mostró algo claro: antes de convertirse en héroes silenciosos, también pasan por una escuela muy particular.

19/09/2025
UN ELEFANTE EN LA VENTANACuando Awa tenía cinco años, dibujó un elefante en la ventana de su habitación. Lo hizo con los...
19/09/2025

UN ELEFANTE EN LA VENTANA

Cuando Awa tenía cinco años, dibujó un elefante en la ventana de su habitación. Lo hizo con los dedos, sobre el vaho del cristal empañado por la lluvia. Tenía una trompa larguísima, orejas gigantes, y una sonrisa enorme.

—Se llama Mali —dijo con seguridad—. Y vendrá a buscarme cuando esté triste.

Su madre sonrió con ternura. Su padre, menos presente por el trabajo, le revolvió el pelo sin mucho interés. Pero para Awa, aquel elefante invisible se convirtió en su refugio secreto.

Los años pasaron. Awa dejó de dibujar en las ventanas, pero nunca se olvidó de Mali.

A los once años, su padre falleció repentinamente.

El mundo se volvió gris.

Una tarde de invierno, cuando ya no tenía fuerzas para llorar, Awa se acercó a la ventana empañada del hospital. Y como si sus manos recordaran por sí solas, dibujó de nuevo a Mali.

—Sé que estás ahí —susurró.

Y en ese momento, algo extraño ocurrió.

Una mujer de la limpieza que pasaba por el pasillo se detuvo al ver el dibujo.

—¿Ese es un elefante? —preguntó.

Awa asintió, limpiándose las lágrimas.

—Mi abuela decía que los elefantes son los guardianes del alma. Que no dejan que nada se pierda del todo —dijo la mujer, como si acabara de recordar algo que llevaba mucho tiempo olvidado—. ¿Sabías eso?

Awa no lo sabía. Pero desde ese día, volvió a dibujar a Mali en cada ventana que encontraba. En el cristal del coche, en el espejo empañado del baño, en los vasos helados del verano. Cada trazo era un puente con su infancia. Con su padre. Con lo que dolía… pero también con lo que la sostenía.

Creció, estudió arte, y se convirtió en ilustradora de libros infantiles. En cada uno de ellos, ocultaba a Mali. A veces como un peluche, a veces como una sombra, otras como un dibujo en una pared. Pero siempre estaba ahí. Para quien supiera mirar.

Un día, recibió una carta de una niña de siete años.

“Me llamo Leire. Me he leído tu libro seis veces. Cada vez que lo leo encuentro un elefante diferente. Mamá dice que a lo mejor es porque necesito uno en mi vida. ¿Puedo tener el mío?”

Awa lloró.

Respondió a la carta con un dibujo único: un elefante de ojos verdes, con una flor en la oreja.

“Se llama Nuru —escribió—. Él sabrá cuándo aparecer.”

Desde entonces, comenzó a firmar sus libros con una dedicatoria secreta:
“Para quienes alguna vez miraron por una ventana… y vieron algo más que la lluvia.”

Mali nunca se fue.

Solo se convirtió en esperanza para otros.

Porque a veces, lo que inventamos para sobrevivir… termina salvando a los demás.

Los hijos no heredan solo genes, también silencios.Todo lo que los padres evitan mirar, los hijos lo cargan en forma de ...
18/09/2025

Los hijos no heredan solo genes, también silencios.
Todo lo que los padres evitan mirar, los hijos lo cargan en forma de miedos, culpas o patrones que no entienden.

El verdadero amor no es proteger escondiendo, sino sanar para liberar.
Porque lo que tú niegas, ellos lo terminan viviendo.

EL DUELOEl duelo es esperar un mensaje de él, sabiendo que nunca llegará. El duelo es estar llena de su presencia, a pes...
18/09/2025

EL DUELO

El duelo es esperar un mensaje de él, sabiendo que nunca llegará. El duelo es estar llena de su presencia, a pesar de su ausencia. El duelo es el dolor en el pecho, una tormenta que te engulle. El duelo es el sonido ensordecedor del silencio. El duelo es recordar su sonrisa mientras que tú lloras, decir « te quiero » sin que nadie te escuche y gritar un desolador « te echo de menos ». Es tambalearse.
El duelo es soñar que está a tu lado y despertarse con la desolación de una almohada vacía. El duelo es escuchar sus canciones y sentir una punzada que te paraliza y te deja sin aliento. El duelo es pensar que puedes acariciarle, en esas fotos que no puedes parar de mirar.
Es romperse por dentro. El duelo es sentir su olor en su camisa y parar el tiempo para sumergirte en un tsunami de recuerdos. Devastador. El duelo es esperar que aparezca donde no aparecerá jamás. Detrás de una puerta, en una callejuela. Es la necesidad de volver a donde no se puede volver, a sus ojos, a su piel. Es la pena, la tristeza, el abatimiento, desconsuelo, la desesperación, el sufrimiento de soportar, de admitir, de tolerar, de hacer frente, de aceptar, de negociar... con uno mismo... que él, no volverá jamás.

El duelo es cambiar el por qué, por « para qué ». El duelo es aprender a conjugar el verbo vivir, en todos sus tiempos, hasta quedarse en el futuro -viviré-, y aferrarse a ese tiempo verbal.

Eso es el duelo. Y lleva su tiempo...

Alicia San Segundo
Tanatologia

BUENA LUNA.🥀

Dirección

Aguascalientes

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