23/08/2022
Lee cuidadosamente y actúa!
Cerebro y bullying
El maltrato infantil altera el desarrollo del cerebro de los niños, comprometiendo sus aptitudes socio-perceptuales básicas, su capacidad de mantener un equilibrio saludable entre la introversión y la extroversión y la habilidad de autorregular sus emociones y conductas.
Hay una extensa literatura científica que relaciona cambios en el sistema nervioso central, y el desarrollo de trastornos mentales, con el maltrato en la infancia, por ejemplo, estudios endocrinológicos han visto cambios en la respuesta al estrés del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal los cuales podrían incrementar el riesgo de padecer una depresión mayor.
La amígdala, región del cerebro relacionada con las emociones, tiene una mayor respuesta hacia estímulos negativos en personas que han vivido maltrato infantil, esta alteración se ha asociado con la depresión mayor, además, los científicos también han observado variaciones estructurales en el cerebro de los niños que han sufrido maltrato parecidas a las de un cerebro que tiene problemas durante el desarrollo como, por ejemplo, un volumen cerebral inferior o el cuerpo calloso atrofiado.
Estos cambios en la estructura cerebral, como la reducción del volumen del hipocampo, se han asociado a un mayor riesgo de desarrollar depresión o TEPT (Trastorno de estrés postraumático), espeto a esto, es interesante subrayar que se ha visto que el volumen del hipocampo es incluso menor en las personas que padeciendo una depresión sufrieron abandono y abuso físico o sexual durante la infancia.
El maltrato durante la infancia incrementaría la susceptibilidad al estrés en otras etapas de la vida. Los mecanismos que subyacerían a esta vulnerabilidad serian el aumento de la respuesta en la amígdala y una disminución del hipocampo, en consecuencia, el tipo de estrés vivido a lo largo de la etapa adulta podría definir el tipo de trastorno mental que podría desarrollarse.
Dr. W. Kennedy R.