10/10/2025
Comienzos 🦋
Tomé esta imagen al día siguiente de haberlo dejado. Solo un colchón tirado en el suelo, un espejo apoyado en la pared y mi gato inspeccionando con cuidado nuestra nueva vida. Para cualquiera, era una habitación vacía. Para mí, era la primera vez en cinco años que me sentía a salvo.
El loft que alquilé era una vieja fábrica textil en el centro de la ciudad, caro para lo poco que ofrecía, pero no me importó. Pagué el anticipo con dinero que había estado ahorrando en silencio gracias a mi pequeño emprendimiento en la app Tedooo, donde vendía cerámicas decoradas a mano. Cada taza enviada, cada figura embalada era un paso silencioso hacia este cuarto sin nada.
Cuando me fui, nuestros amigos no lo podían creer.
“Pero él era tan encantador”, comentaban. “Siempre parecían felices”.
Nunca vieron lo demás: las críticas sobre mi cuerpo cuando estábamos solos, cómo revisaba mi celular mientras yo dormía, o cómo “accidentalmente” rompía mis piezas si me pasaba mucho tiempo trabajando en ellas.
No le conté a nadie lo que haría. Solo cargué lo que pude en el carro mientras él trabajaba: mi gato, mi ropa, mi torno de cerámica. Todo lo demás lo dejé atrás. Fue el precio que tuve que pagar para cruzar el puente hacia algo mejor.
Aquella primera noche dormí como nunca, sobre un colchón sin sábanas, más profundo que en nuestra cama king con todo perfectamente ordenado. Mi gato se acurrucó en mis piernas, ronroneando en medio del silencio. Nadie regulando mi aliento, nadie reduciéndome. Solo espacio. Un espacio abierto, hermoso y vacío, esperando a que yo lo llenara.
Hoy, seis meses después, mi tienda en Tedooo va en ascenso. Pago la renta sin tocar mis ahorros. He ido amueblando poco a poco mi hogar, pieza por pieza, elegida por mí. Mi gato tiene su rincón favorito en la ventana, donde se queda mirando las palomas. Estoy saliendo con alguien que me lleva café en las mañanas y me pregunta por mis nuevos diseños.
Pero aún conservo esa foto. Me recuerda que a veces, los comienzos más valiosos lucen como si no tuvieran nada…