23/05/2025
Carta a nuestras madres, abuelas y ancestras
Hoy quiero decir algo que me nace desde lo más profundo de mi maternidad consciente.
Muchas veces escucho que a las mamás de ahora “nos quejamos mucho”, que “las de antes sí aguantaban”, que ellas podían con todo, sin llorar, sin hablar, sin parar.
Pero yo no creo que no sintieran.
Yo creo que no podían decirlo.
Porque no se les permitía.
Porque no había espacio para nombrar el cansancio, la tristeza, la frustración, el deseo de ser más que solo madres.
Y aun así… lo hicieron.
Criaron en silencio.
Sostuvieron desde la entrega.
Y muchas veces, desde el dolor no reconocido.
Hoy, cuando hablamos de heridas maternas, de maternidad real, de romper patrones… no lo hacemos para juzgar a quienes nos precedieron.
Lo hacemos porque podemos.
Y podemos porque ellas caminaron antes.
Porque ellas, con su historia, nos dieron la posibilidad de ver y sanar lo que antes se callaba.
Gracias, mamá.
Gracias, abuela.
Gracias a todas las mujeres que fueron antes que yo.
No romantizo tu dolor, pero lo reconozco como parte del camino.
Hoy puedo hacerlo distinto,
no porque sea mejor,
sino porque soy la consecuencia de tu fuerza y de tu sombra.
Hoy decido sanar,
para honrarte,
para liberarme,
y para que mis hijos vivan en una historia con más verdad.
Gracias por resistir.
Yo elijo transformar.
Con amor y respeto,
Valery Cuevas
Psicóloga, escritora de sanación emocional
y facilitadora de procesos conscientes.