18/11/2025
Sanar no es magia, es valentía.
Ayer tuve el honor de acompañar una meditación en un taller con el tema de las heridas de la infancia. Y algo que quiero compartir desde el corazón es esto:
Honro profundamente a quienes se atreven a entrar a estos espacios. A quienes sienten miedo pero vienen. A quienes abren su corazón y permiten que la luz toque lo que estuvo escondido por años.
Eso es de valientes.
Por otro lado, siento que muchas personas no se atreven o no hacen el trabajo y luego llegan al tarot, a las medicinas, a los círculos buscando que la divinidad, el universo o la planta les resuelva la vida.
Como si sanar fuera un acto externo, algo que alguien más hace por ti.
Pero la verdad es otra:
Sanar es un acto propio, nadie puede hacerlo por ti. Afuera hay herramientas y existe guía pero el cambio es responsabilidad personal.
No basta con que las cartas lo muestren.
O con que un guía sostenga el espacio.
Tampoco con pedir señales.
Para sanar, a veces es necesario acercarnos con delicadeza a aquello que dolió.
Mirarlo con compasión.
Sostenerlo desde un lugar seguro.
Reconocer lo que un día nos marco, sin juzgarnos.
Aceptando.
Gracias Jazmin Cervantes por generar el espacio y por invitarme a guiar la meditación de integración del taller. 🙌🏻✨