21/11/2025
Crecimos escuchando que la soledad era peligrosa, que quedarse sin alguien era señal de que algo estaba mal contigo, que la vida en pareja era la única forma "correcta" de vivir.
Por eso tantas mujeres se quedaron en relaciones que las drenaban, que las apagaban, que ya no tenían nada para ofrecer, pero que al menos servían para no cargar con el juicio ajeno.
Ese miedo lo heredamos sin darnos cuenta, no es nuestro, pero vive dentro de nosotras.
Y desde ahí tomamos decisiones: nos conformamos, nos quedamos donde ya no somos, permanecemos en vínculos que nos quitan más de lo que nos dan, solo para no enfrentar ese viejo fantasma:
"¿y si me quedo sola?"
Pero, la soledad no destruye, lo que destruye es traicionarte para no sentirla.
Sanar no es "buscar pareja".
Sanar es cambiar la forma en que aprendiste a relacionarte contigo.