28/11/2025
A veces los cambios llegan despacio, casi imperceptibles. Otras veces irrumpen sin pedir permiso y nos obligan a movernos antes de sentirnos listos. Y aunque solemos pensar que “cambiar” es sinónimo de perder estabilidad, en realidad muchas veces es el proceso que nos permite recuperarla.
En terapia lo vemos constantemente: crecer implica cuestionar lo que antes dábamos por hecho, soltar dinámicas que ya no nos sostienen y abrir espacio a nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos. Y sí, a veces duele. A veces confundimos ese dolor con un retroceso, cuando en realidad es la señal de que estamos saliendo de lo conocido para acercarnos a lo necesario.
Cambiar no significa que estés fallando en quien eras; significa que estás escuchando lo que hoy necesitas. Significa reconocer que mereces vivir desde un lugar más consciente, más cuidado y más auténtico.
Si estás en un momento de transición, recuerda esto: no tienes que hacerlo perfecto, sólo tienes que hacerlo presente. Cada paso, incluso los que sientes pequeños o torpes, forma parte del avance.
✨ Confía en tu proceso. A veces el cambio se siente como caos antes de sentirse como claridad.