01/12/2025
Y de repente falta un mes para el 2026… y te cae el veinte de que ya no eres la misma persona.
La vida avanza sin pedir permiso, el tiempo se acelera y silenciosamente vas dejando atrás lugares, hábitos y versiones de ti que en su momento parecían eternas. No es que hayas perdido algo: es que has cambiado, y ese cambio también es crecimiento.
A veces da nostalgia mirar atrás y reconocer que ya no frecuentas lo que antes amabas, que tus prioridades se reacomodaron y que tu energía ahora se invierte en otras cosas. Pero eso no es señal de pérdida… es señal de evolución.
Tu proceso no es lineal: está hecho de ciclos. Y cada ciclo te moldea, te exige soltar y te invita a preguntarte quién eres ahora.
Un día te das cuenta de que cambiaste, sí… pero también te das cuenta de que ese cambio es evidencia de que estás viva, aprendiendo y adaptándote a lo que la vida te pide hoy.
Celebra tu transformación: eres la prueba viviente de que el tiempo no solo pasa… también te impulsa.