09/12/2025
Si atestiguas un acto de acoso, no guardes silencio.
Tu voz puede marcar la diferencia entre la impunidad y la protección.
Cuestiona, acompaña y denuncia. Intervenir no solo es un acto de valor, es un acto de solidaridad y de respeto hacia la dignidad humana.
Recordemos que el acoso no es un problema individual, sino una situación que afecta a toda la comunidad. Cuando decidimos actuar, enviamos un mensaje firme: en nuestro entorno no se tolera la violencia ni el abuso de poder.
Apoya a la persona afectada, ofrécele tu respaldo y orienta sobre las vías de denuncia. Cada gesto importa.
Construyamos juntas y juntos un espacio seguro, libre de violencia y en el que todas las personas puedan desarrollarse con respeto, igualdad y tranquilidad.