12/09/2025
LA NEUROBIOLOGIA DE LA MENOPAUSIA Y SU IMPACTO EN SNC.
La neurobiología de la menopausia se centra en cómo la disminución de las hormonas sexuales, principalmente estrógenos y en menor medida progesterona, impacta en el sistema nervioso central (SNC) y modifica procesos neuroendocrinos, sinápticos y neuroinflamatorios que repercuten en la cognición, el estado de ánimo y la salud cerebral en general.
1. Cambios neuroendocrinos
Eje Hipotálamo–Hipófisis–Gónadas (HHG):
La menopausia se caracteriza por el cese de la función ovárica → disminución marcada de estradiol y progesterona.
El hipotálamo detecta la baja de estrógenos → aumento de GnRH y, secundariamente, niveles altos de LH y FSH.
Esto genera inestabilidad neurovegetativa (bochornos, sudoraciones, alteraciones del sueño).
Hipotálamo:
Los estrógenos normalmente modulan neuronas en los núcleos preóptico y ventromedial que regulan la temperatura.
Su déficit desestabiliza el “set point” térmico → bochornos.
2. Neurotransmisores y circuitos cerebrales
Los estrógenos tienen efectos neurotróficos y moduladores de neurotransmisión:
Serotonina (5-HT):
Estrógenos ↑ la síntesis y liberación de serotonina, así como la densidad de receptores 5-HT2A.
Su déficit se asocia con depresión, ansiedad e insomnio.
Dopamina:
Estrógenos modulan la actividad dopaminérgica mesolímbica y nigroestriatal.
Caída → disminución de motivación, placer y posible deterioro cognitivo-motor.
Acetilcolina:
Estrógenos potencian la actividad colinérgica en el hipocampo y la corteza prefrontal.
Déficit → deterioro de memoria y aprendizaje.
GABA y Glutamato:
Progesterona y sus metabolitos (alopregnanolona) tienen efectos GABAérgicos (ansiolíticos, sedantes).
Su reducción contribuye a ansiedad e insomnio.
Estrógenos aumentan la plasticidad glutamatérgica; su déficit reduce sinaptogénesis.
3. Efectos en estructuras cerebrales
Hipocampo:
Altamente sensible a estrógenos → pérdida de plasticidad sináptica y volumen en menopausia.
Relacionado con alteraciones de memoria episódica.
Corteza prefrontal:
Disminución en regulación ejecutiva, atención y toma de decisiones.
Amígdala:
Estrógenos modulan reactividad emocional; el déficit puede aumentar irritabilidad y ansiedad.
Sustancia blanca:
Menor mielinización y mayor susceptibilidad a neurodegeneración.
4. Neuroinflamación y neuroprotección
Los estrógenos poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
En menopausia: ↑ citocinas proinflamatorias (IL-1β, TNF-α) → mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson).
El déficit de estrógenos reduce la activación de factores neuroprotectores como BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro).
5. Manifestaciones neurobiológicas
Síntomas vasomotores: bochornos, sudoraciones nocturnas.
Trastornos del sueño: insomnio, despertares frecuentes.
Alteraciones del ánimo: depresión, ansiedad, irritabilidad.
Deterioro cognitivo leve: fallas de memoria, atención, velocidad de procesamiento.
Mayor riesgo de demencia: sobre todo Alzheimer, donde los estrógenos parecen tener un rol protector.
6. Perspectivas terapéuticas
Terapia hormonal sustitutiva (THS): puede restaurar parcialmente la modulación neuroquímica y mejorar síntomas, pero con riesgos cardiovasculares y de cáncer.
SERMs (moduladores selectivos del receptor de estrógeno): buscan efectos beneficiosos en cerebro y hueso, minimizando riesgos.
Estrategias no hormonales: antidepresivos ISRS/IRSN para síntomas vasomotores, ejercicio físico, fitoestrógenos, mindfulness y dieta saludable.
📌 En resumen: la neurobiología de la menopausia refleja cómo el cerebro, altamente dependiente de estrógenos y progesterona para su regulación sináptica y neurotrófica, entra en un estado de hipoestrogenismo que altera neurotransmisores, redes neuronales, homeostasis térmica y procesos cognitivo-emocionales, aumentando la vulnerabilidad a trastornos afectivos y neurodegenerativos.