25/09/2025
EL DR QUE ENGAÑÓ AL MUNDO
Vacunas, autismo, mercurio y aluminio: teorias sin sustento.
Cuando se habla de vacunas, uno de los miedos más difundidos es la supuesta relación con el autismo y la idea de que contienen sustancias “tóxicas” como mercurio o aluminio. Estos rumores han circulado por más de 20 años y han hecho que muchos padres duden, retrasen o rechacen la vacunación de sus hijos.
El mito del autismo y las vacunas
Todo comenzó en 1998, cuando un médico británico, Andrew Wakefield, publicó un artículo en la revista The Lancet que sugería un vínculo entre la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis) y el autismo.
•Años después se descubrió que el estudio estaba basado en solo 12 niños, manipulado, y que Wakefield tenía conflictos de interés financieros.
•La revista retiró el artículo, Wakefield perdió su licencia médica y el trabajo fue catalogado como fraude científico.
Desde entonces, más de 10,000 estudios en todo el mundo han analizado la relación entre vacunas y autismo, y ninguno encontró evidencia de tal conexión.
Organismos como la OMS, los CDC y la Cochrane Library han sido categóricos: las vacunas no causan autismo.
El mercurio en las vacunas: ¿es peligroso?
Aquí es donde surge la confusión. Algunas vacunas antiguas contenían un conservador llamado timerosal, que es un compuesto de etilmercurio.
Y aquí hay que aclarar algo muy importante:
•El etilmercurio (usado en vacunas) se elimina rápidamente del cuerpo, no se acumula y no causa daño en las dosis aplicadas.
•Lo que sí es peligroso es el metilmercurio (presente en peces contaminados, por ejemplo), que se acumula en el organismo y puede causar intoxicación.
Son compuestos distintos y con efectos muy diferentes. Actualmente, la mayoría de las vacunas infantiles ya no contienen timerosal, y cuando se usa, las cantidades son mínimas y seguras.
Numerosos estudios (incluyendo revisiones de la OMS) han demostrado que el timerosal no provoca autismo ni enfermedades neurológicas.
El aluminio en las vacunas: ¿qué papel juega?
El aluminio en las vacunas aparece en forma de sales de aluminio, que funcionan como adyuvantes.
Un adyuvante es una sustancia que ayuda a que la respuesta inmune sea más fuerte y duradera.
Datos importantes:
•La cantidad de aluminio en una vacuna es de alrededor de 0.125 a 0.85 miligramos, mucho menor a lo que un bebé ingiere naturalmente en la leche materna, fórmulas infantiles o incluso en el agua.
•En los primeros 6 meses de vida, los bebés reciben aproximadamente 10 mg de aluminio por la alimentación. Comparado con eso, la cantidad en las vacunas es mínima.
•El cuerpo humano está diseñado para eliminar el aluminio a través de los riñones, sin que se acumule en órganos vitales.
Estudios en miles de niños han demostrado que las vacunas con sales de aluminio son seguras, y no están relacionadas con autismo, retraso en el desarrollo ni enfermedades neurológicas.
Entonces, ¿por qué persisten estos mitos?
Porque los padres buscan explicaciones cuando aparece un diagnóstico como el autismo. El trastorno del espectro autista suele hacerse evidente en los primeros 2 años de vida, justo la etapa en la que los niños reciben más vacunas.
Esa coincidencia temporal llevó a pensar que una cosa causaba la otra, cuando en realidad son procesos independientes.
La ciencia ya aclaró el tema, pero los rumores en redes sociales siguen alimentando la duda.
Lo que los padres deben saber
1. Las vacunas no causan autismo. Esto está confirmado por miles de estudios en todo el mundo.
2. El mercurio en vacunas (timerosal) no es el mismo mercurio tóxico que se acumula en el cuerpo. Además, casi ninguna vacuna infantil lo contiene hoy en día.
3. El aluminio en las vacunas está en dosis seguras y mucho menores a las que los bebés reciben de manera natural en la alimentación.
4. Los riesgos de no vacunar (enfermedades graves, hospitalizaciones, muertes) son infinitamente más altos que los supuestos riesgos de los componentes de las vacunas.
Conclusión
Las vacunas son uno de los avances médicos más seguros y efectivos de la historia. El mito del autismo, el miedo al mercurio y al aluminio han sido usados para generar desconfianza, pero la evidencia científica es clara: las vacunas son seguras, salvan vidas y no están relacionadas con autismo ni con daños neurológicos.
Aqui la foto del Dr. que engaño al mundo.
Referencias
• Taylor LE, Swerdfeger AL, Eslick GD. Vaccines are not associated with autism: An evidence-based meta-analysis of case-control and cohort studies. Vaccine. 2014.
• Organización Mundial de la Salud. Thiomersal in vaccines. WHO.
• Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Aluminum in vaccines.
• Cochrane Reviews on MMR and vaccine safety.