19/09/2025
TESTIMONIO DE PACIENTE DE NUTRICIÓN CLÍNICA ✨️
HOY, NUESTRA PACIENTE NOS COMPARTE UN MENSAJE PARA COMPARTILO CON USTEDES EN REDES SOCIALES.
➡️Al inicio del tratamiento yo estaba negada a que tenia que mejorar, cuando acudimos con la nutri Fernanda yo ya había sido atendida por otra nutrióloga en donde vivía y las cosas no funcionaron con ella.
La atención con la nutrióloga Fernanda fue excelente, me daba mi plan alimenticio de acuerdo con mis necesidades pero sobre todo respetando los alimentos a los que les temía, aún así , no tenía la menor intención de seguir su dieta, no quería ganar peso y seguía comiendo lo menos posible que pudiera, ya que yo controlaba la comida en mi casa, no permitía que nadie la hiciera por mi porque sabía que la prepararían tal y como lo marcaba mi plan, mientras que yo me las apañaba para comer lo mínimo, y así, por tres semanas, estaba firmando mi sentencia.
Fue en la tercer consulta que vieron como última opción internarme de urgencia, mi situación ya no estaba en manos de la nutrióloga Fer y fue la decisión que ella creyó correcta.
Me sentí culpable por lo que estaba pasando, por lo que mi familia tenía que atravesar, y aun así nunca tuve la intención de mejorar.
Mi estancia en el hospital fue el in****no que yo necesitaba cruzar, tal vez tocar fondo fue lo que me abrió los ojos, ver los días pasar y que no había un ápice de mejora, la envidia de presenciar a demás pacientes en diferentes situaciones ser dados de alta, las noches de incierto porque no sabíamos si aguantaría la noche… la mirada de una madre desesperada que sabe que puede perder a su hija en cualquier momento.
Fue entonces que hice lo que debí haber hecho hace mucho: soltar la voz que me dominaba. La primera vez fue como si me golpearan, sentía una presión tan fuerte en el pecho, lloré hasta que no podía más, me arrepentí y consideré dejarlo todo a la suerte, pero no lo hice, seguí comiendo sin importar la tormenta que era de mi cabeza porque sabía que era lo correcto.
Fueron dos semanas de dolor, de agonía y sufrimiento, pero seguía determinada a luchar y fue así como me dieron de alta.
La noche de mi alta me di cuenta de una cosa que había dejado en el olvido: quería vivir. Quería tener una vida que valiera la pena, una en la que pudiera disfrutar de lo que me gusta sin culpa, y solo podía lograrlo si no me rendía .
Ahora estando donde estoy, volteo hacia esos días y me doy cuenta que en realidad nada de eso valía la pena, no juzgo lo que hice en el pasado porque fue mi manera de manejar lo que sentía y lo que yo creí mejor; estoy aprendiendo de lo que atravesé, las cosas pasaron por algo, quizá yo siempre estuve destinada a un TCA, pero no tengo por qué vivir de él.
Con el apoyo de mi familia, de mis doctores y de la nutrióloga Fernanda Barreto sentía la seguridad que durante tanto tiempo busqué.
Y las recaídas van a ocurrir, pero lo importante es levantarse siempre, cada paso, por mínimo que lo sienta, se que es un logro más y un paso a una vida llena de felicidad.