27/06/2024
LA SEROTONINA INTESTINAL, UNA CONEXIÓN ENTRE LA MICROBIOTA Y EL CEREBRO
Cuidar de nuestra salud intestinal es también cuidar de nuestra salud emocional. Existe todo un sistema de intercambio de información entre la microbiota intestinal y el cerebro, en el que la serotonina juega un papel fundamental.
El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional entre el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal. La serotonina, hormona de la felicidad, funciona como un neurotransmisor clave entre ambos. Por ello, cualquier desequilibrio en el hábitat intestinal puede suponer también un desequilibrio emocional.
La comunicación entre estos dos órganos se produce a través de tres vías:
El nervio vago, uno de los principales nervios del sistema nervioso que conecta el tronco cerebral con los órganos esenciales del cuerpo.
La vía sistémica (mediante la liberación de hormonas, metabolitos y neurotransmisores, como la serotonina).
El sistema inmune (por la acción de las citocinas, un tipo de proteínas esenciales para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del sistema inmunitario y las células sanguíneas).
Los bajos niveles de serotonina se han asociado a trastornos mentales como el autismo, la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo y los trastornos de la conducta alimentaria.
Además, esta conexión entre el intestino y el cerebro se postula como una posible explicación a algunos de los trastornos neurológicos más frecuentes, como la enfermedad del Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple.
La intervención terapéutica en la microbiota intestinal podría ser una estrategia de tratamiento viable para los trastornos del eje cerebro-intestinal relacionados con la serotonina. Asimismo, el empleo de probióticos podría ser también una importante herramienta terapéutica para enfermedades neurológicas.
¿Qué es la serotonina intestinal?
La serotonina, también conocida como “la hormona de la felicidad”, es un importante neurotransmisor en el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico (una subdivisión del sistema nervioso autónomo que se encarga de controlar directamente el aparato digestivo).
El 95% de la serotonina se produce en el intestino. Esta hormona es un importante neurotransmisor del eje cerebro-intestino.
En el intestino, la serotonina regula los movimientos intestinales y la secreción de moco, enzimas y hormonas, principalmente. En el sistema nervioso central, modula el estado de ánimo, la cognición y el sueño.
La serotonina regula diversos aspectos de la conducta social, la alimentación, el sueño, la atención, la ansiedad, los ritmos circadianos y la conducta sexual.
¿Cuál es la relación entre microbiota y serotonina?
La microbiota intestinal es también conocida como nuestro “segundo cerebro” por el papel regulador que ejerce sobre el sistema nervioso central a través de vías neuronales, químicas e inmunológicas.
La microbiota de un individuo varía a lo largo de su vida y su composición se ve afectada por la dieta, el estilo de vida o el consumo de antibióticos, entre otros factores.
Como comentábamos, la microbiota puede estimular la producción de serotonina y, a su vez, está relacionada con el estreñimiento, las náuseas o las diarreas, síntomas que a menudo tienen mucho que ver con las emociones.
El estado de la microbiota afecta al comportamiento humano y, a su vez, alteraciones en el comportamiento producen cambios en la microbiota.
Fuente informativa: https://vilardelldigest.com/blog/serotonina-intestinal/