12/09/2025
En nuestro post anterior veíamos que educar es guiar a otro y darle los medios para que se desarrolle plenamente, pero ¿hacia dónde lo guiamos?, ¿a qué medios nos referimos?
El ser humano es el ser viviente que nace más indefenso y que permanece en ese estado más tiempo que ninguna otra especie, no cuenta con ninguna habilidad o conocimiento que le permita sobrevivir por sí mismo. Podemos pensar en un potrillo que a las horas de nacido ya está corriendo o las tortugas que nacen sin la presencia de sus progenitores. Pero el ser humano es diferente. Necesita la presencia de adultos para sobrevivir y desde que nace no sólo recibe cuidados, sino que también va recibiendo cultura.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, la cultura es “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”. Como vemos, la cultura abarca los modos de vida y las costumbres. Cuando un nuevo ser humano llega a casa empieza a recibir toda esa información sobre forma de vida y costumbres de su familia, formas de comunicarse y comportarse, cómo sentarse a la mesa, los hábitos de higiene, alimentación y sueño, etc., todo eso es la cultura de su núcleo más cercano, su familia. Además, cuando crece y va a la escuela, también recibe otro tipo de conocimientos, que pueden ser científicos, tecnológicos o artísticos, además de entrenarse en la interacción social fuera de su núcleo familiar, también recibe información sobre cómo vivir en sociedad.
Como vemos, el ser humano recibe la cultura de su entorno más cercano, el de su familia, y más adelante el de su contexto social externo a la familia, el de la sociedad en que vive.
Todo esto que llamamos cultura es la información, los medios, los conocimientos que el ser humano necesita para sobrevivir por sí mismo, para desarrollarse en su contexto social. Nuestros padres, nuestros maestros y nuestros pares nos van guiando en ese camino hacia nuestra auto suficiencia para ser capaces de sobrevivir por nosotros mismos, de desarrollarnos en el medio social que nos tocó vivir.