03/10/2025
“Sabía que iba a morir.
El enemigo lo superaba diez a uno, las murallas estaban a punto de caer, y hasta sus aliados le suplicaban que huyera. Pero Kusunoki Masashige, el guerrero más leal del Japón feudal, no dio un paso atrás.
En lugar de resignarse al miedo, ajustó su armadura, montó a su caballo y avanzó hacia el campo de batalla con la serenidad de quien ha recibido la mejor noticia de su vida.
No porque esperara sobrevivir, sino porque había decidido morir de pie, fiel a sus principios.
En la víspera, reunió a sus hombres y les dijo con voz firme:
"La victoria no siempre está en nuestras manos, pero la dignidad sí. Y morir por lo que creemos es mejor que vivir doblados por el miedo."
Al día siguiente, el choque fue brutal. Kusunoki luchó hasta el último aliento, y cuando cayó atravesado por las lanzas, lo hizo con calma, como un estoico que acepta el destino sin queja.
Su cuerpo fue vencido, pero su espíritu nunca se rindió.
Su nombre sigue vivo como el de un hombre que entendió que la actitud, incluso frente a la muerte, puede convertir la derrota en inmortalidad.
🔥 La enseñanza estoica:
Kusunoki demostró lo mismo que Marco Aurelio escribió siglos antes: “La muerte sonríe a todos; lo único que podemos hacer es devolverle la sonrisa.”
No eliges las circunstancias, pero sí la manera de enfrentarlas.
Y tu actitud, incluso en la caída, puede marcar el peso de tu destino.