12/11/2025
HISTORIA DE UN MILAGRO
Hoy, en mi consultorio, me siento agradecida y conmovida al recibir de nuevo a un paciente muy especial. Hace seis meses, en mayo, este paciente vino a mi consulta con una sonrisa y una esperanza. Aunque su visita fue para un tratamiento dental, lo que sucedió después fue algo que nunca imaginé.
Al salir de la consulta, recibí la noticia de que mi paciente había sufrido una convulsión, no relacionada con el tratamiento dental, sino con el estrés acumulado durante la pandemia y el trabajo. Mi corazón se detuvo, y mi mente se llenó de preocupación y oración. Durante seis largos meses, mi equipo y yo estuvimos en contacto con su familia, siguiendo de cerca su recuperación.
Hoy, después de una lucha valiente, mi paciente ha regresado a mi consultorio, dado de alta y con una sonrisa radiante. Es un milagro, un testimonio de la bondad y el poder de Dios.
Quiero agradecer a Dios por escuchar mis oraciones y por permitir que este paciente esté de nuevo con nosotros. Su recuperación es un recordatorio de que, a veces, la fe y la esperanza pueden mover montañas.
Mi paciente, te doy la bienvenida de nuevo a mi consultorio. Estoy emocionada de verte sonreír y de saber que estás en camino de recuperación. ¡Eres un verdadero milagro!
Y como profesional del área de la salud, quiero recordar que no somos exactos.A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, las cosas no salen como esperamos. Pero en este caso, estoy agradecida de que todo haya salido bien. La salud es un proceso complejo y no siempre predecible, y es importante reconocer que no tenemos todas las respuestas. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es estar al lado de nuestros pacientes, ofrecerles nuestro apoyo y cuidado, y confiar en que, a veces, la fe y la esperanza pueden hacer milagros.
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