16/11/2025
Esta podría ser la responsable de tu dolor lumbar: la hernia discal.
En consulta, uno de los diagnósticos que más inquietan a los pacientes y que más dolor e incapacidad pueden generar, es la hernia de disco.
Aunque solemos imaginarla como un simple “disco salido de lugar”, la realidad es mucho más profunda, y esta imagen lo deja ver con absoluta claridad.
Entre cada vértebra existe un disco intervertebral: una estructura flexible, resistente y diseñada para absorber impactos. En su interior, ese núcleo rojo que ves representa una sustancia gelatinosa llamada núcleo pulposo, cuya función es permitir que la columna se mueva, gire, soporte peso y amortigüe cada paso que damos.
Pero cuando el disco se degenera, se debilita o se somete a esfuerzos repetidos, puede ocurrir lo que la imagen representa:
el núcleo pulposo se desplaza hacia fuera, rompiendo o empujando la capa que lo contiene.
Ese abultamiento puede presionar estructuras extremadamente sensibles, como las raíces nerviosas amarillas que observas saliendo entre las vértebras.
Aquí ocurre lo que muchos conocen demasiado bien:
dolor que corre por la pierna o el brazo, entumecimiento, debilidad muscular, incapacidad para realizar movimientos cotidianos.
No es solo una molestia en la espalda, es la interrupción de la comunicación entre el cerebro y una parte del cuerpo.
Las causas son múltiples: desgaste natural por la edad, movimientos repetitivos, levantar objetos de manera incorrecta, traumatismos o incluso factores genéticos.
Cada paciente llega con una historia distinta, pero con un punto en común: el impacto que el dolor tiene en su vida diaria.
A pesar de lo intimidante que resulta el diagnóstico, es importante saber que la gran mayoría de las hernias de disco mejoran sin cirugía.
El reposo adecuado, la fisioterapia, el fortalecimiento muscular, los cambios posturales y el manejo del dolor suelen ser suficientes para recuperar la calidad de vida. Cuando la cirugía es necesaria, las técnicas actuales permiten procedimientos precisos y menos invasivos.
Una hernia de disco no define tu vida, aunque por momentos parezca detenerla. El cuerpo tiene una capacidad extraordinaria de adaptarse y sanar cuando se le guía y se le acompaña de la manera correcta. Si estás viviendo este proceso, recuerda: tu dolor es real, tiene explicación, y también tiene tratamiento.
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Recordatorio esencial: La información presentada tiene carácter académico y educativo. No constituye consulta médica, ni debe ser utilizada para autotratarse. Si tienes molestias o preocupaciones, consulta a tu médico de confianza.