12/12/2025
Durante el invierno, nuestros riñones trabajan de manera distinta, aunque muchas veces no lo notemos. ❄️ Las bajas temperaturas provocan vasoconstricción, lo que significa que los vasos sanguíneos se estrechan, y esto puede elevar la presión arterial. Una presión alta sostenida afecta directamente la función renal.
Además, en invierno solemos beber menos agua porque “no tenemos tanta sed”, lo que favorece la deshidratación silenciosa, aumentando el riesgo de infecciones urinarias y la formación de cálculos renales.
También es común consumir más sal, café y bebidas calientes con azúcar, lo que incrementa la carga de trabajo para los riñones.
Por último, el frío puede agravar molestias en personas con enfermedades renales previas.
La prevención es clave: hidrátate aunque no tengas sed, limita la sal, mantén tu presión controlada y escucha las señales de tu cuerpo. 💙
👉 Tus riñones no descansan, cuídalos este invierno.
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