02/08/2025
¿Alguna vez has sentido que no mereces tus logros o que no es suficiente?
Con base en Clance y Imes (1978), este síndrome aparece cuando, a pesar de tus éxitos, crees que todo fue por suerte, ayuda de otros o trabajo excesivo, y no por tu talento. Se desarrolla a partir de experiencias tempranas y patrones familiares, especialmente en dos contextos comunes: A) asignación inconsistente de valor en la infancia: por ejemplo, recibir elogios excesivos sin correspondencia con el esfuerzo real, o críticas severas a pesar de logros evidentes. B) comparaciones familiares: uno o más hijos son etiquetados como el más inteligente o trabajador, generando presión y creencias rígidas sobre la validación personal.
En su modelo, Clance y O’Toole (1987) explican que las personas con síndrome del impostor desarrollan patrones cognitivos y conductuales que refuerzan la sensación de fraude:
1. Atribución externa del éxito: logros explicados por suerte, esfuerzo excesivo o ayuda externa, no por capacidad personal.
2. Círculo de autoexigencia: ante un reto, la persona trabaja en exceso o procrastina por miedo; si tiene éxito, lo atribuye a factores externos, manteniendo el ciclo.
3. Descalificación del reconocimiento: cualquier halago o reconocimiento se percibe como inmerecido.
Alguna de las concecuencias del Síndrome del Impostor son: ansiedad crónica y miedo al fracaso, perfeccionismo como mecanismo de defensa, evitar oportunidades que impliquen evaluación o visibilidad y, dificultad para aceptar el propio valor, lo que limita el crecimiento personal y profesional.
Referencias:
Clance, P. R., & Imes, S. A. (1978). The impostor phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention. Psychotherapy: Theory, Research & Practice, 15(3), 241–247.
Clance, P. R., & O’Toole, M. A. (1987). The impostor phenomenon: An internal barrier to empowerment and achievement. Women & Therapy, 6(3), 51–64