18/09/2025
La participación en procesos electorales internos, como la renovación sindical, constituye un indicador de la salud institucional de las organizaciones. El voto no solo cumple la función de elegir representantes, sino que refleja la confianza, la legitimidad y el compromiso de los miembros con su institución. Según Lipset (2000), la estabilidad democrática depende en gran medida de la participación activa de los ciudadanos en los mecanismos de representación, lo cual puede extrapolarse al ámbito sindical como microescenario de la vida democrática.
El ejercicio del voto fortalece la cohesión y la transparencia institucional, ya que permite legitimar a quienes asumen la responsabilidad de proteger derechos y garantizar obligaciones. En palabras de North (1990), las instituciones son “las reglas del juego en una sociedad”, y su eficacia depende de la capacidad de los actores para cumplir y hacer cumplir dichas reglas. Así, la participación electoral se convierte en un síntoma de la vitalidad de la organización, en tanto asegura la renovación de liderazgos bajo marcos normativos claros y consensuados. Se constituye la practica de la Metaética, la ética normativa y la ética aplicada [temas vistos en Taller de Ética]
A su vez, O’Donnell (1994) advierte que la ausencia de participación debilita los mecanismos de control democrático, lo que puede derivar en prácticas poco representativas o incluso en la erosión de la legitimidad institucional. En contraste, cuando los miembros participan, se construye un clima de confianza y corresponsabilidad que fortalece la cultura organizacional.
Finalmente, la participación activa en procesos de elección sindical refleja no solo un compromiso individual, sino una forma de garantizar la salud organizacional, entendida como la capacidad de las instituciones para adaptarse, mantener legitimidad y asegurar el bienestar colectivo (Scott, 2014). Votar, entonces, es más que un acto formal: es un indicador de la vitalidad democrática y de la capacidad de las instituciones para sostenerse en el tiempo.
Referencias.
Lipset, S. M. (2000). El hombre político: Las bases sociales de la política. Fondo de Cultura Económica.
North, D. C. (1990). Institutions, institutional change and economic performance. Cambridge University Press.
O’Donnell, G. (1994). Delegative democracy. Journal of Democracy, 5(1), 55–69. https://doi.org/10.1353/jod.1994.0010
Scott, W. R. (2014). Institutions and organizations: Ideas, interests, and identities (4th ed.). Sage.i