07/05/2024
Validar sus emociones y su experiencia. Es importante que el niño se sienta entendido y validado, que el sentimiento sea normalizado y así pueda entenderlo y manejarlo. El fracaso, el dolor, la tristeza… son emociones seguras, normales y válidas: de ellas aprendemos y crecemos.
Acompañarlo en su sentir. Dejar que se sienta mal y después pensar en otras alternativas. Al manejar y vivir estas experiencias una persona se fortalece, y la próxima vez que sea rechazado sentirá que tiene herramientas… que a pesar del rechazo sale adelante.
Recordarle lo mucho que vale como persona. El valor de tu niño está en ser él mismo, no en sus logros ni en lo que piensen los demás de él. Lo que es como persona es lo que vale e importa más.
Tú eres su espejo. La manera que tienes tú de manejar y vivir el rechazo, será su guía y su espejo. Si un adulto tolera emociones incómodas, el niño aprenderá a tolerarlas.
Recordarle que es imposible agradarle a todos los demás y que no todo es lo que parece. No todo es personal y lo que hacen los demás tiene que ver con ellos mismos. Ayúdale a ver quiénes sí están y quiénes sí lo quieren.
Cuidado con sobre protegerlo o con negar que fue rechazado. Apoyarlos cuando sea necesario, pero dejarlos resolver por ellos mismos. Esto les dará confianza en ellos mismos y en su capacidad para resolver problemas.