23/11/2025
No sé si exista alguna estadística en México. Bueno… en México sí hay estadísticas. Por ejemplo; sabemos por estadísticas, que los mexicanos somos fiesteros, nos gusta comer con picante y que estamos, quién sabe por qué, muy orgullosos de la Selección Nacional. (No diré de cuál “Selección Nacional”, así que todos pueden sentirse incluidos, quizá me refiero a la de pin pon o a la de ajedrez).
Pero no sé si haya alguna estadística que se enfoque en el retraso del lenguaje de los niños.
Y no sé si esa hipotética estadística relacione el evidente retraso en el lenguaje de los mexicanitos con el uso de pantallas. (Evidente para mí, ya les dije que no sé si hay estadística).
Pero como llevo rato en esto, he podido percibir que los niños se tardan más en hablar hoy que hace, digamos 15 años.
Si ustedes tienen alguna estadística, ahí se las encargo, pero para mí es muy claro:
Los niños de hoy tardan más en hablar que los niños de hace 10 o 15 años.
¿Por qué?
Adivinen: por las pantallas.
Si un niño creciera entre los lobos, (hubo un caso en la India y no fue Mowgli, ese es ficción), jamás aprendería a hablar. Aullaría, eso sí, y andaría en cuatro patas, porque el hablar se aprende. No es instintivo. Llorar, gritar, gruñir, será instintivo, pero hablar, no.
Los primeros “Maestros de Lenguaje” de los bebés, es decir; sus papás, han caído en una decadencia catastrófica. Es que están ocupados con su celular. Para colmo, al bodoque le dan celular desde antes de la Alimentación Complementaria.
Por lo tanto, dado que el lenguaje se aprende viendo hablar e intentando hablar, y el pequeño no ve la boca y la lengua de mamá articulando vocales y consonantes, y mamá (o papá, no se sulfuren), no lo estimula a soltar las palabras, pues… no habla.
La pantalla lo absorbe, pero no le enseña. El lenguaje se enseña de forma activa, no pasiva.
Y… nadie aprende a hablar solo.