19/03/2015
LESIONES DE RODILLA:
TENDINOPATÍA Y BURSITIS DE LA PATA DE GANSO
Tendinopatía de la Pata de Ganso
La pata de ganso está formada por las inserciones tendinosas del sartorio, semitendinoso y recto interno del muslo en platillo tibial medial.
La tendinopatía de la pata de ganso despierta dolor con la palpación selectiva de la cara interna de la rodilla, en el tercio superior de la tibia. Produce dolor al realizar un valgo y rotación externa de la rodilla, mientras que el calor y el reposo proporcionan cierto alivio.
Además el dolor se reproduce en respuesta a la contracción isométrica de cada uno de los músculos de la pata de ganso (sartorio, vasto medial y semitendinoso). Con frecuencia es secundaria a un mal apoyo, mal balance o una marcha antiálgica.
Es raro que se hagan crónicas en cuyo caso el tratamiento es igual que el de otras tendinopatías ya estudiadas, como la del tendón rotuliano o el de Aquiles.
Bursitis de la pata de ganso
Es una causa importante de dolor de rodilla (la causa más frecuente de dolor en la cara anteromedial de la rodilla) y puede presentarse asociada con las otras bursitis, gonartrosis y otras lesiones deportivas.
La coexistencia de una bursitis pre o infrapatelar, una tendinitis, una artritis y o una desestructuración interna de la rodilla puede complicar el cuadro clínico tras un traumatismo de la rodilla. Con frecuencia el paciente no puede bajar escaleras ni arrodillarse. El dolor es constante, urente y puede alterar el sueño.
Una lesión o un traumatismo que afecte al ligamento lateral interno pueden provocar inflamación en la parte medial de la rodilla. Si la inflamación de la pata de ganso se cronifica la bursa puede llegar a calcificarse, pero es excepcional.
La exploración física objetiva una hipersensibilidad en la zona anterior de la rodilla, justo por debajo de la línea articular, sobre la inserción tendinosa de la pata de ganso. Con frecuencia se presenta derrame y tumefacción alrededor de la bursa. La flexión activa contra resistencia de la rodilla produce dolor, que se agrava si el médico suelta la pierna bruscamente con lo que el paciente flexiona la rodilla rápidamente.
BURSÍTIS PREPATELAR
Se conoce muchas maneras, como “rodilla de las beatas”, “rodilla de sirvienta” por la inflamación en actividades o personas que se ponen de rodillas irritando la zona anterior de las mismas con traumatismos repetidos, pero también puede formarse por una caída.
En estos casos, si ha habido heridas o laceraciones de la piel hemos de vigilar que no se produzca una bursitis séptica.
Esta bursa se localiza por delante del tendón rotuliano y cuando se inflama produce hipersensibilidad local, edema y tumefacción. El dolor se presenta por la tensión de la piel durante la flexión extrema de la rodilla o por presión directa.
El tratamiento incluye reposo, hielo, maniobras de compresión, elevación y medicación antiinflamatoria.
Pasada la primera fase, pueden utilizarse técnicas para reducir el derrame. Puede estar indicada la aspiración de la bolsa, mejor guiada por ecografía, si existe dolor muy invalidante debido a la tensión.
En atletas se puede aconsejar utilizar protectores de la rodilla cuando vuelva a las actividades deportivas, por ejemplo en balonmano o voleibol.
TENDINITIS DEL MÚSCULO POPLÍTEO
El músculo poplíteo está situado en la parte posterior de la rodilla, debajo del gemelo externo. Es un músculo pequeño, corto, aplanado y triangular. Está compuesto de una parte muscular, extraarticular, y otra tendinosa, intraarticular.
El músculo poplíteo actúa como flexor y rotador de la pierna, y limita el desplazamiento anterior del fémur, sumandose al papel del ligamento cruzado anterior y la restricción dinámica que realizan los músculos isquiotibiales en las posiciones de flexión.
Cuando la pierna esta apoyada en el suelo, este músculo interviene como iniciador de la rotación, rotando lateralmente el fémur. Puede contribuír a desplazar hacia posterior al menisco externo, que tiene un hiato u ojal, por donde pasa el tendón del poplíteo al hacerse intraarticular.
Entre los factores postulados todos aquellos que afecten al normal balance muscular y articular o provoquen una sobrecarga pueden contribuir a su aparición.
La carrera cuesta abajo y un exceso de pronación tienden a aumentar el desplazamiento femoral anterior y la tensión sobre el tendón poplíteo, creando en ocasiones dolor y, mas rara vez, rotura fibrilar.
El cuadro clínico cursa con una hipersensibilidad que aumenta con la actividad deportiva, con inflamación, en las fases agudas, o degeneración, en las fases crónicas. El paciente refiere dolor en la parte posterior de la rodilla, agravada durante la carrera, principalmente cuesta abajo, los ejercicios de salto, sentadillas. El cuadro pude confundirse con otras causas de dolor irradiado a la cara externa de la rodilla, como el menisco externo, el síndrome de la cintilla iliotibial…entre otros.
El tratamiento, en la fase aguda, incluye el reposo, hielo y otras medidas antiinflamatorias. Cambiar el ejercicio por la bici o la natación es una buena medida en las fases iniciales para no pasar al reposo absoluto.
Modificar el terreno o el calzado, corregir desequilibrios musculares o regular la intensidad del entrenamiento serán factores a tener en cuenta.
Para prevenir la reaparición del problema se aconseja:
Evitar correr en pendientes pronunciadas hasta que se cure la lesión.
Corregir los posibles problemas de pisadas.
Realizar un estudio de la pisada para valorar desajustes en la misma y confeccionar plantillas a medida que corrijan los problemas de pisada.