28/11/2025
Comparto este mensaje del Dr. Chavarría Jaik porque refleja exactamente lo que buscamos en Maya & Lola💖
La estimulación no es acelerar, ni presionar, ni adelantar aprendizajes. Es hablar, jugar, mirar, cantar y sobre todo acompañar.
Es darle al cerebro del bebé las experiencias que sí puede integrar hoy🧠
Los juguetes no hacen la magia. Tú sí! 🤱🏻💖👨🏻🍼
¿La estimulación temprana es solo una moda? La respuesta rápida es no, pero vale la pena entender por qué. Hoy parece que todo el mundo habla de esto: videos, cursos, juguetes “de estimulación”, aplicaciones… y podría parecer la tendencia del momento. Pero en realidad no es una moda; es ciencia. Y es una de las herramientas más valiosas que tenemos para acompañar el desarrollo de un bebé, siempre que se haga bien y sin obsesionarnos.
La estimulación temprana no significa adelantar al niño, ponerlo a hacer sumas, enseñarle colores a los 10 meses o convertir cada minuto en una clase. No. La estimulación temprana es simplemente ofrecerle experiencias que su cerebro está listo para aprovechar. Así de sencillo y así de profundo. Cosas tan básicas como hablarle, mirarlo a los ojos, cargarlo, dejar que explore el piso, cantar, mostrarle objetos, tocar texturas, imitar sonidos, jugar al “¿dónde está?”… Todo eso activa lenguaje, coordinación, atención, socialización, memoria, vista, oído y regulación emocional.
¿Sirve? Sí, y mucho. Pero no para hacer “niños genio”. Sirve para construir bases sólidas, para que el cerebro se organice mejor, para que el niño tenga más herramientas emocionales, motoras y cognitivas. Y ojo: no necesitas nada caro. Ni juguetes especiales. Lo que más lo estimula eres tú, tu presencia, tu voz y el juego real.
Ahora, ¿por qué es tan importante hacerlo en los primeros años? Aquí viene la parte más impresionante. Los bebés nacen con miles de millones de neuronas, pero con pocas conexiones entre ellas. Y justo esas conexiones las sinápsis son las que permiten que la información viaje y el cerebro aprenda. En los primeros años de vida, el cerebro está en modo turbo, construyendo conexiones nuevas a una velocidad que jamás vuelve a repetirse. Cada repetición, cada interacción, cada experiencia forma una ruta nueva. Después de los 5 o 6 años, el cerebro sigue aprendiendo, claro, pero ya no tiene esa facilidad para crear conexiones desde cero. No porque ya no pueda, sino porque esa etapa de construcción masiva se va cerrando.
Por eso decimos que los primeros años son una ventana de oro. Y aquí viene lo más importante: tu bebé no necesita que lo adelantes. No necesita recitar colores, ni resolver rompecabezas a los dos años, ni impresionar a nadie. Lo que sí necesita y eso sí cambia vidas es un adulto que hable, juegue, mire, escuche y acompañe. Porque cada interacción contigo es una conexión nueva en su cerebro. Y esas conexiones son el regalo más grande y más importante que le puedes dar para toda la vida.