19/04/2022
La conciencia es la idea de la idea; aunque idea del objeto y la idea de la idea se refieren a dos potencias diferentes, a saber; potencia de existir y potencia de pensar. La potencia es naturalmente ¨el lugar de una ilusión¨ porque es el espacio de la mera representación, de la idea del objeto, y es allí donde lo que no podemos llenar de manera racional se lo llena con la imaginación (Peña, Paulo).
El texto citado de Peña es una revisión del texto ¨Ilusiones de la conciencia y cuerpo inexplorado: Spinoza liberado¨ donde el dialogo alude a la conciencia y el cuerpo. Para Spinoza el cuerpo y la conciencia son dos potencias diferentes pero con una similitud en tanto el conocimiento del sujeto hacia ambos; la conciencia cree saber más de lo que se es consciente y el cuerpo cree ser más consciente por si solo cuando ni siquiera alguno de los dos es consciente hasta que se es pensado, sentido o llevado al conocimiento, es decir, el ser humano a pesar de siempre tener ocupado y moviendo el cuerpo, además de estar en completa función todos sus organismos no es capaz de estar consciente de lo que hace al moverse o al estar trabajando sus órganos, solo es capaz de llegar a la conciencia cuando nos comunica algo mediante el dolor o alguna excitación; en cuanto a la conciencia de ser consciente cae en la misma situación, no somos capaces de ser consciente más de lo que no permite saber el inconsciente… y me atrevería a decir que en muchas ocasiones en un saber no sabido, incluso no somos capaces de ser consciente de nuestra felicidad hasta después de que ese momento haya pasado, en el dialogo, por ejemplo, el sujeto siempre dice más de lo que quiere decir.
La ilusión que nos plantea Spinoza es justamente la ilusión de un sujeto que cree ser consciente de su cuerpo, de lo que piensa o actúa, pero cuando no es capaz de dar una representación o una respuesta racional entra la fantasía y brinda una respuesta ilusoria dando lugar a lo que coloquialmente consideramos como destino, coincidencia o acto divino. Ya lo decía Deleuze ¨la toma de conciencia no tiene poder alguno por sí misma.