El Oficio Sagrado

24/11/2025

Al compartirle este video ella me cuestionó: ¿Moni y si subes el video a redes?
-Si me das permiso, yo con todo el gusto del mundo lo hago.
-Claro, hagámoslo, hay que compartir lo bonito, me dijo.

Abi cumple 5 meses y yo celebro su vida y la revolución de su madre para traerla hasta aquí.
Gracias por el gozo de acompañarte en tu trasformación. Ha sido un placer ver tu ser mamifero revolucionar y traer a tus hijos a este plano.
Honro tu conexión, tu tempestad y calma, tu autenticidad y tu fortaleza.

Gracias

19/11/2025

Parir es un acto revolucionario.
Porque en un mundo que intenta acelerar, controlar y silenciar, una mujer que pare desde su poder rompe todas las reglas no dichas.
Revoluciona su cuerpo al confiar en su ritmo, revoluciona su historia al nombrar sus propios límites, revoluciona la vida al abrir el umbral desde donde todo inicia.

Parir es rebelarse contra la desconexión.
Es volver al cuerpo, al instinto, a la memoria antigua.
Es una revolución silenciosa que no necesita gritos, solo presencia.
Una revolución que comienza en la piel, se expande en la energía y se hereda en la sangre.

Parir es reclamar el territorio sagrado del nacimiento.
Es recordarle al mundo que el poder no se concede: se encarna.

Y cada mujer que pare —en casa, en agua, en hospital, acompañada o en su intimidad— está haciendo lo que siempre ha sido subversivo:
habitarse, escucharse y traer vida desde su propia verdad.

¿Qué es para ti el parir?

19/08/2025

Se va construyendo el camino al andar, pensaba, mientras observaba a Dino irse despojando del pensamiento.

Llegamos a su casa cuando iniciaba la fase activa de su trabajo de parto. Estaba en cuatro puntos, cubierta con una sábana que formaba una especie de cuevita. Sus caderas iban de un lado a otro mientras la expansión de su útero se hacía presente.

El baño parecía el mejor lugar para estar. Ahí, ella lograba identificar cómo Gaia avanzaba dentro de su cuerpo... “Está bien sentir”, decía, mientras la ola uterina la hacía moverse suavemente.

Respiró profundo.
Qué deleite observar cómo iba soltando capas de creencias.
“Estamos vivos”, dijo, y mi piel se erizó al reconocer el momento tan poderoso que estaba atravesando. Yo la observaba, con sus mejillas rojas y sus ojos grandes, anunciando su estancia en partolandia.

Jorge participaba activamente, conteniendo cada espacio que Dino habitaba, entregado al proceso, acompañando con su presencia y su voz.

Entrar a la tina le regaló un tiempo de descanso, de conexión y soltura.
Sus vocalizaciones anunciaban el avance del proceso. En el momento justo, apareció su mamá, y su voz le ofreció guía. Qué bello momento fue escuchar y observar a tres generaciones vinculadas en este umbral tan poderoso: haciendo postura de rana, exhalando como dragón, limpiando el camino para Gaia.

“Llega y se va, llega y se va, llega y se va...” era uno de los mantras que se recitaban cuando parecía que ya no podía más. Le regalé mi canto, le regalamos presencia y contención. Y ella, como intercambio, nos mostraba su fortaleza.

A su mente llegó la duda y pidió ir al hospital.
Cuando hablamos, yo solo podía ver a una mujer al borde del portal, con la incertidumbre de ¿qué pasará después del salto?, con todo el poder de la vida brotando por su cuerpo.

Hablamos.
Hablé mucho.
Y llegó un tiempo de silencio.

Luego, entró a la regadera. Al revisarla, Gaia mostraba su presencia con movimientos sutiles de su cabeza.

“Ya está muy cerca”, le dije.
Dino me miró con cara de incredulidad. Y entonces entramos al espiral sin tiempo...
La vida anunciaba su llegada, y el poder de su cuerpo acompañaba a Gaia en el cruce del portal.

Continua...

15/08/2025

Ella hizo su propio vals sobre las olas.

Cruzó la puerta de Aramara justo después de una contracción, que llegó al bajarse del auto. En su rostro solo había calma… Recuerdo haber pensado en lo bella que era, con su vestido verde claro y sus labios rojos.

Por un momento creí que aún no era tiempo de quedarse, pero mientras más la observaba y escuchaba, más confirmaba que ella ya se encaminaba hacia el portal.

Christian miraba sereno, entusiasmado, y de vez en cuando le salía una risita nerviosa. Respetaba el espacio y movimiento de Tzintzuni, la mimaba con música y la contenía con su presencia y sus manos.

La playlist que habían elegido la llevaba a vocalizar, y nos transportaba con ella a otros mundos. En el vaivén de sus caderas, acompañaba a su hijo hacia el encuentro con el portal.

Tocó el pandero, y con el eco de su voz llenó cada rincón de la habitación.

De pie, en cuclillas, tomada del rebozo, dentro de la tina, en cuatro puntos, sentada en la taza del baño, en soledad y en compañía… ella nos fue marcando el ritmo.

De un momento a otro, se quedó en el banco de partos, su torso descansaba sobre Christian, y su voz nos hablaba de nuevo de lo cerca que estaba Kiran.
Sus ojos se abrieron como soles, y la coronilla de Kiran fue abriéndose paso tras el cuerpo de su madre.

Suave, pero con el poder de las olas, cambió de plano.

En el rostro de Tzintzuni: el poder de una Diosa.
En su compañero: la fuerza de un guardián.

Qué privilegio presenciar su transformación y acompañarles en este momento sagrado.
Gracias, Tzintzuni, Christian, Kiran, por el gozo de observar sus lágrimas, sentir su voz y resguardar su encuentro.

Fotógrafa

10/07/2025

01/06/2025

Se sostenía en su esposo, que se convirtió en montaña.
Ella transformaba el agua y se permitía ser brisa.

Cerró los ojos.

La semilla se hizo fruto.
La montaña reverdeció,
se volvió aliento,
y brotó la vida.

05/05/2025

Celebramos el sagrado oficio de partería.

Ser partera es caminar al lado de la vida desde su primer suspiro, es sostener con amor, intuición y sabiduría los procesos más profundos y transformadores del alma humana. Es confiar en el cuerpo de la mujer, en su poder, en su instinto, y recordar al mundo que parir es un acto de fuerza, de fe y de conexión.

Hoy honro a las que vinieron antes que yo, a las que me enseñaron, a las que caminan conmigo este sendero, y a cada mujer que me ha confiado su cuerpo, su historia y su nacimiento.

Gracias, partería, por elegirme.
Gracias por enseñarme a escuchar con el corazón, a esperar con paciencia, a tocar con respeto.
Gracias por mostrarme que cada nacimiento es una oportunidad de sanar, de renacer, de transformar.

Celebro mi oficio con gratitud, con humildad y con la certeza de que acompañar la vida es uno de los actos más sagrados que existen.

Feliz Día de la Partera.

27/03/2025

El latido del (la) acompañante.

Soy la voz suave en la tormenta,
las manos que sostienen sin apretar,
el susurro que dice: estás a salvo,
mientras el universo danza dentro de ti.

Soy la pausa entre las olas,
el respiro que recuerda
que tu cuerpo sabe,
que tu hijo elige,
que tú puedes.

No soy la que trae la vida,
pero soy testigo del milagro.
No soy quien empuja la marea,
pero camino contigo hasta la orilla.

Te cubro con miradas de certeza,
te envuelvo con cantos antiguos,
te sostengo sin prisa, sin juicio,
como el río sostiene al agua.

Y cuando el llanto anuncia llegada,
cuando el amor se desborda en tus brazos,
sé que fui parte,
sé que fui puente,
sé que fui abrazo en tu viaje sagrado.

10/03/2025

No son manos de ángel,
es la empatía hecha tacto,
el alivio de un masaje en tu cadera
cuando la intensidad se desborda.

No es que pariste porque yo estaba ahí,
pariste porque supiste elegir,
porque reuniste a quienes te sostienen,
porque confiaste en tu fuerza.

No es solo que hagamos un buen equipo,
es que escuchamos,
que respetamos,
que damos el tiempo que mamá y bebé necesitan.

No es que mis palabras cambiaron tu parto,
es que le dieron voz a lo que en tu interior
ya clamaba por ser escuchado.

Mujer, sabes parir,
puedes parir,
y si ese es tu deseo,
que nadie te lo arrebate,
que nadie lo empañe,
que nadie te haga pensar lo contrario.

Rodéate de quienes sostienen tu verdad,
quienes cuidan tu espacio,
quienes te miran con empatía y respeto.

06/03/2025

Cada curso de preparación al parto que impartimos en Casa Aramara, la experiencia de un parto natural. nos llena de satisfacción y optimismo. Reafirmamos la importancia de compartir información basada en recomendaciones internacionales y evidencia científica para empoderar a las parejas. También subrayamos la importancia de la conexión mamá-papá/acompañante-bebé, ya que esa confianza y soltura se reflejará en el momento del parto, la compañía del postparto y el apoyo de la crianza.

Gracias por el permiso de acompañarles.

26/02/2025

"Yo era un bosque y me habitaban muchas criaturas", expresó con voz dulce al regresar de un sueño profundo.

Sentada en su sillón reclinable, en flor de loto, con luz tenue, incienso en el ambiente y música de compañía, María cerraba sus ojos y se dejaba llevar... hasta el regreso de la siguiente contracción, que la hacía integrarse por un breve momento a la realidad.

Sus mascotas, en su ser mamífero, custodiaban el espacio. Entraban y salían de la habitación cual guardianes; en los momentos exactos, se alejaban para dejar que esta mamífera continuara con su parto.

Mientras María se apropiaba del proceso, Daniel la observaba con un brillo en los ojos. Se acercaba con tal sutileza que lograba entrar en ese bosque y ser parte de él, de todo.

Cuando María despertó y entró a la regadera, Daniel y Nadia la acompañaron con su guía, música y canto. Todo iba en flujo natural, sin prisa.

Vaya sorpresa regresar a la habitación y sentir cómo el agua de la tina se había derramado, como si el agua buscara correr para seguir los pies de ese bosque... Ahí comenzó la locura de cambiar de tina (vaciar, desinflar, inflar, llenar de nuevo) para que, al momento del nacimiento, estuviera lista para ellas. Subimos y bajamos algunas veces para calentar el agua en la estufa y ayudar al flujo de la regadera, que era doblemente usada.

El tiempo se detuvo, y cuando regresó a su cauce, el agua estaba de nuevo caliente, lista para ser vientre y contención.

Cuando entró a la tina, en mis adentros surgió el impulso de cantar. Yo quería respetar el silencio y, sin pensarlo, ya le susurraba una canción, y sin pensarlo, Daniel cantaba conmigo.

Qué mágico aquel momento en que Ayla llegó a este plano, entre la tibieza del agua, el canto de su padre y el soporte de mamá.

Gracias, familia, por el honor de haberles acompañado en esta transformación. Les llevo en mi corazón, honro su proceso y el camino que en ese mes de noviembre iniciaron.

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